Sobre el autor

Mi foto
Zaragoza, Aragón, Spain
Sindicalista de UGT Zaragoza entre 1977 a 2006. Periodo en el que fue uno de los refundadores de UGT Zaragoza, Sº de Acción Reivindicativa de UGT Zaragoza, Sº General de UGT en General Motors España, Presidente del Comité de Empresa de GM España, Sº General de UGT Metal Zaragoza, miembro del Comité Confederal de UGT y formó parte del Comité Europeo y Mundial de General Motors .

viernes, 24 de junio de 2016

Adelantarse a su tiempo



En España los enfados políticos se pagan con desengaños. Vamos de desengaño en desengaño. En contra de Zapatero, se votó a Rajoy y el pueblo español ha pagado las consecuencias tremendamente negativas de esa equivocada decisión. Y, ahora, los cabreos con ese señor se quieren remediar votando a Iglesias. No pasa nada, llegará una nueva decepción y así se seguirá viviendo.

Otro gran error de la política española es, que se vota a modo de un irracional frentismo entre los partidos. ¡Tú has ganado, pero yo haré que no vuelva a ocurrir! Cuando el frentismo es tercermundismo y, se han de imponer alianzas de gobernabilidad, con políticas de Estado siempre que sean necesarias. El método frentista, es un juego de bobos con una incultura política tal, que lleva a votar cualquier cosa, hasta en contra de los interesas propios. En realidad es, el chupete que usamos para no llorar por todo lo que vemos y soportamos. En las relaciones laborales modernas, ese descabellado frentismo se ha cambiado por la filosofía “Gana-Gana”, entre las partes y ni en el sindicalismo se practica ya. Una buena muestra de ello es, el “modelo sindical de participación compensada” que en la factoría de GM España implantamos, seguido después en el sector de automoción.

Siendo para mí la principal lección que se debe aprender, el que los populismos y las ideologías extremas a derecha e izquierda no tendrían que gobernar. Hoy, tal como esta configurado Europa y el mundo, la política hay que centrarla no optando porque las ideologías más radicales -el Partido Popular y Podemos- gobiernen. Esas opciones tienen que pasar por un proceso de regeneración y de amoldamiento a la realidad, para llegar a un estado en que en ellas se pueda confiar. Con lo que vemos de las consecuencias del radicalismo de Voroufakis-Tsipras en Grecia: “corralito bancario”, el que la gente viva peor, tendrían que ser suficientes motivos, para mirar a ese país y ver con preocupación el futuro que con Podemos nos podría llegar. Él no considerar este hecho al votar, sería incultura política e irresponsabilidad.

Sobre todo, tanto los líderes sindicales como los políticos tienen que ser personas honestas. Honestidad significa: honradez, integridad, rectitud, ser justo, razonable, intachable, decente, puro; actuando rectamente, cumpliendo con su deber y de acuerdo con la moral. Así diré, con toda la corrupción que le rodea, ¿Rajoy es honesto? ¿Es moralmente aceptable el que diga que los populares son moderados, cuando es un partido de derecha extrema? ¿Acaso Iglesias es decente, cuando a la vez dice que es comunista, socialdemócrata, peronista y lo que haga falta; demostrando ser un mentiroso estratégico y amoral? Estos comportamientos afean la política y la grandeza del país y cuanto antes se excluyan mejor.

En esta campaña electoral los radicales dicen que sólo hay dos modelos: gobierno de un extremo votando al PP, o gobierno del otro extremo votando Podemos. Con estas ficticias certezas, ambos partidos mienten descaradamente. Puesto que queda por mencionar la tercera posibilidad, que en mi opinión es la más viable, posible y aconsejable: Acuerdos transversales entre partidos de ideologías cercanas, situados en la centralidad política y opuestos al salvajismo de los extremos. Esa posibilidad solo se puede orquestar entre el PSOE y C´s, entre el centroizquierda y el centroderecha; como en la anterior legislatura, ambos partidos pactaron y que ahora los votantes tendrían que premiar. Sin embargo, para hacerlo mayormente tienen que darse en la práctica, algunas desilusiones políticas más. Hay personas que necesitan ver, para creer.

Con la llegada de los nuevos partidos y la desaparición del bipartidismo; en España, poder formar el Gobierno no requiere la implicación de un sólo partido y su correspondiente candidato, como venía siendo habitual. Con la contabilidad matemática resultante de las urnas, gobernar hoy en día es cosa de tres partidos, tres líderes, de tantos como se necesiten para poder formar el Ejecutivo. Dado que, si no hay que contar con partidos separatistas; ni el bloque de la izquierda ni el de la derecha, dan números reales para gobernar con políticas ideológicas propias. Si se quiere tener Gobierno, pactar en transversalidad ideológica es lo único serio que se puede hacer. Por lo tanto, si como parece va a ocurrir, se repiten a grosso modo los resultados de las elecciones de diciembre; todo lo contrario a esa transversalidad, que se haya dicho o se pueda decir, habrá sido y será demagogia partidista carente de razón.

Ya sé que hacer esta afirmación tan severa y rotunda, de tener que contar con Ciudadanos, a muchos socialistas no les gusta, porque los consideran la derecha rancia vestida de jovenzano; pero es lo que hay. Al PSOE recuperar la confianza perdida en 2010 por la crisis, le costará aún tiempo rescatarla del todo. Desde entonces han pasado seis años y se sabe que, cuando una marca pierde la confianza del mercado, tarda más tiempo en recuperarla.

Por consiguiente cabe decir, que con el acuerdo de gobernabilidad entre PSOE y C´s, Pedro Sánchez y Albert Rivera, se adelantaron a su tiempo al menos dos legislaturas, ocho años. Por este motivo y otros muchos, ocurra lo que ocurra en las elecciones de pasado mañana, Pedro ha de seguir siendo el secretario general y el candidato del partido. Cuando no hay otro camino para la gobernabilidad del país... por ese mismo habrá que seguir.


24.06.2016                                              Fernando Bolea Rubio
                                                                               Sindicalista

viernes, 10 de junio de 2016

Dos candidatos de risa



El que más carcajeo suscita es el candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, que ahora en la campaña electoral del 26-J, da risa verlos bailar y hablar de gatos y perros, ocultando así su impresionante corrupción, la dañina política que han hecho y sus amargas intenciones. Lo suyo es engañar a los electores, como hicieron en las elecciones de 2011 y en todas, con la mentira de bajar impuestos y en infinidad de cuestiones, como con la carta oculta que ha enviado a Bruselas comprometiéndose con más recortes.

Siendo para mi lo más terrible, oírle decir que su proyecto está a la mitad, lo que es tanto como afirmar que, su Margaret Thatcher revolución conservadora, de eliminación del bienestar de los trabajadores y las clases media y baja, no ha llegado a su fin queriendo empeorarla doblemente, no dejándoles ni respirar. Para muchos populares, su programa es saquear y oprimir, bailándoles milongas a la población.

Yo comprendo que al PP le voten los capitales que se benefician de su política, pero pediría a los que de ella se perjudican, que recapaciten bien lo que van a hacer antes de volver a votarles.  Pensando en la gente de su clase y en las condiciones de vida que el PP esta dejando: en desempleo, salarios, inestabilidad laboral, hucha de las pensiones, sanidad, educación, desprotección social, futuro para ellos y sus hijas e hijos. Y a todos les advertiría, que volver a votar a Mariano Rajoy ¿para qué?, si no va a servir de nada; al saberse que aunque ganara, no sería por mayoría absoluta, ni tendría apoyos para formar Gobierno. Ya se puede predecir que, volvería a ir llorando a ver al Jefe del Estado, para decirle de nuevo que como los socialistas no lo quieren; rechaza por tercera vez su designación para la investidura. Yéndose fumando un puro.

Pero como el miedo guarda la viña, esta vez he visto en los populares mucho más interés a llevarse con ellos a los socialistas, dado que Rajoy actualmente sostiene incluso que, un pacto con el PSOE (no quiere decir con Pedro Sánchez) y C´s, “podría ser mejor que un Gobierno en solitario y con mayoría absoluta del PP”. Insistiendo en la idea de que hoy la gran coalición “sería lo mejor para España”. Incluso, hasta de un Ejecutivo de mayoría entre el PP y C´s. Se ve claro, que su principal fin, es enganchar a los socialistas como sea. Lo cual es comprensible estratégicamente, porque claro, con un PP medio hundido por la debilidad electoral que tendría, con los problemas que hay y su loca política para solucionarlos, y con el PSOE en la oposición; si el PP volviera a gobernar solo, terminaría por hundirse del todo y podría llegar a desaparecer totalmente. Ellos son malos políticos, si bien no tontos.

El otro candidato risible es el jefe de Podemos, Pablo Manuel Iglesias, del que se puede decir que es el rey del barullo, por sus diferentes propuestas ideológicas. El histórico socialista, Alfonso Guerra, le conoce bien como lo demuestra en la entrevista que el semanario Tiempo ha publicado el 3 de junio. En ella dice: “Podemos era lo joven y lo nuevo y resulta que ahora llega Julio Anguita. ¿Eso era lo joven y lo nuevo? Vuelven quienes han estado unidos a causas aberrantes de la historia como el estalinismo, el maoísmo, ahora el chavismo. En realidad esta es una vieja escuela”.

Así, aclara -y me parece didáctico que Alfonso lo haga por la ignorancia ideológica y política que se observa, en los jóvenes y en infinidad de mayores- “han reunido a 16 formaciones políticas para ver si ganan al PSOE. El proyecto político de este grupo consiste en presentarse con 16 partidos sumados, y todo para superar al Partido Socialista. Esto viene del año 1921, de cuando el PSOE se negó a entrar en la órbita de la Internacional Comunista y unos cuantos disidentes fundaron el Partido Comunista. A los socialistas se les llamaba “socialtraidores” y otras cosas terribles. Pues ahora es más o menos lo mismo”.

Sobre Pedro Sánchez, Guerra añade: “En estos momentos sin duda es el mejor candidato. Yo no le vote en las primarias. No lo conocía, pero ahora me he dado cuenta de que ha crecido de una manera extraordinaria y le apoyo claramente”. Yo no he sido nunca guerrista, he sido siempre socialista sin más, pero agrada leer a un ilustre socialista que piensa como tú.

Este hombre de Podemos, en dos años ha dicho que era anticapitalista, comunista, que la izquierda y la derecha no existían, de arriba y abajo, y nuevamente se contradice presentándose de socialdemócrata. Todo lo que haga falta, por su ambición de poder y de llegar. ¿Aún tiene que hacer más barbaridades, para no fiarse de él? ¿Como no nos vamos a reír de su oportunismo? Sería un socialdemócrata con el manual del Manifiesto Comunista. Sin embargo, se ha equivocado en la definición, porque si pretendía atraer para sí a socialistas, no debe saber que en la familia del PSOE -aunque ambos términos son los mismo- se consideran socialistas y muy pocos socialdemócratas. Entre los socialistas democráticos el socialismo vende, mas la socialdemocracia quita más que pone.

En los sondeos, los ciudadanos sitúan al PSOE casi en el centro ideológico y a Podemos en la extrema izquierda. Susana Díaz ha dicho: “Es la mayor operación de camuflaje político de la reciente historia de España”. A Joaquín Almunia, le parece “ridículo y electorero”. Oscar López: “Los comunistas nunca han sido socialdemócratas y siempre se han caracterizado por el ataque a esa doctrina y a quien la encarnaba”. En Izquierda Unida con el pacto aun caliente con los podemistas, ¿no se sienten engañados?

Ahora bien, no produce risa y es sumamente preocupante, el que los adscritos a Podemos no deciden ni controlan absolutamente nada. Presumían de democracia interna, pero ¿cuando se ha debatido internamente este extraño giro ideológico que anuncian? Allí presuntamente lo único que hay es un pequeño dictador en ciernes, que con el tiempo pagarán y pagaremos caro.     

Monedero de Podemos dice: “El PSOE da pena, Ciudadanos risa y el PP miedo”. Y vosotros, pena, risa y miedo. Un amigo me ha dicho: “Pase lo que pase en el país, nosotros socialistas”. Claro que sí. ¡Siempre! Los socialistas de verdad... no cambiamos de chaqueta.


10.07.2016                                                                        Fernando Bolea Rubio
                                                                        Sindicalista