Pedro Sánchez ha sacado el PSOE a la calle y llena
las plazas. Sin embargo, con otros líderes
no ha sido así. Dado que, cuando se hacían las grandes manifestaciones y
protestas, por los recortes en sanidad, educación, en los derechos laborales
que el gobierno del Partido Popular impuso, los socialistas estaban
avergonzados y temerosos. Eran los años tijera (huelgas generales del 29-M y de
14-N de 2.012, comentadas en este Blog) y de la revolución conservadora de
Mariano Rajoy. En esas movilizaciones, los pocos militantes que acompañaban a
la pancarta del partido, lo hacían decaídos, mudos, sin querer destacar en nada
ni que se vieran mucho las siglas para evitar desprecios.
Yendo yo junto a las banderas reivindicativas de UGT, recuerdo la imagen
deplorable que los compañeros transmitían, que me producía tristeza, dolor,
rabia, al preguntarme: ¿Qué como podía ser que el ideario socialista hubiera
caído tan bajo, sin apreciarse posibilidades reales de recuperación?
Era tortuoso, la verdad, porque la derecha estaba
finiquitando el Estado del bienestar y eliminando derechos laborales que el
movimiento sindical y político habíamos conquistado, comportándose el Partido
Socialista como un trapo viejo, con el que no se podía contar. Todo era debido,
a la desconfianza y decepción que generaron los últimos años de gobierno del
socialista José Luis Rodríguez Zapatero, tal como se puede leer en mis
artículos: “Reforma laboral y deterioro político” y “Presidencialismo e
ideología superficial” de 2010. Hay que situarse en ese contexto, para
comprender mejor lo que hoy ocurre.
Sin embargo, después de la llegada de Pedro, la
situación ha cambiado totalmente, tal como se puede apreciar en el alto
seguimiento (en Valencia, Asturias, en los demás sitios), que tienen sus
actuales actos con los afiliados y simpatizantes, exigiendo elecciones
primarias y la celebración del congreso pendiente. El que, Susana Díaz y la
comisión gestora quieren dilatar, para ganar tiempo, esperando que cambie la tendencia
e internamente se les acepte.
Sí sorprende que, después de haber sido ZP
(Zapatero) el principal culpable del descalabro electoral del PSOE, ahora se
presente dando directrices internas cogido de la falda de Susana Díaz, que lo
ha sacado del cuarto oscuro para que hable bien de ella, como ya hace. ¿Pero
esta gente cuando va a dejar de querer manipular el partido? ¿No saben que ya
no son nada? ¿No comprenden que solo son pasado, con mono de poder? A gente
así, las nuevas generaciones los tendrían que poner en su sitio.
¿Y como van las encuestas? Se dice que en Ferraz
están nerviosos porque las que manejan, sitúan al Partido Socialista en el 15%,
con una perdida desde las elecciones del 26-J -de 2016- de 7,63 puntos (14% le
dimos aquí). Siendo gravísimo, que el presidente del Gobierno se ría del PSOE,
puesto que en la cena de Navidad del PP, Rajoy dijo desde la tribuna: “Hasta
dentro de muy poquito, y ya preparando las próximas elecciones”. Las que
cogerían a los socialistas sin líder ni candidato o candidata, lo cual sería
gravísimo y demoledor electoralmente para los socialistas. ¿Lo harán?, sí
pueden por supuesto. Y si no lo hicieran, sería todavía peor, porque habría que
sospechar de los inconfesables acuerdos secretos, que podría tener la aritmética
PP-PSOE.
Sobre la valoración de los posibles candidatos para
llegar a la secretaría general socialista, para el Gacetín Madrid de 6 de
noviembre de 2016, 7 de cada 10 personas piensan que Pedro Sánchez tendría que
serlo, dando el siguiente resultado: Javier Fernández 5,11%, Patxi López 6,13%,
Susana Díaz 6,35%, Josep Borrell 8,00, Pedro Sánchez 71,21%. ¿Por qué ahora no
se publican encuestas, con el nivel de aceptación de los candidatos en liza?
¿Por qué el diario El País no las publicará? Los que defendemos a Sánchez podemos perder, pero sería con honra.
De todas maneras, voy a hacer una confesión que me
parece oportuna, a mí Susana Díaz me da miedo. Sí, mucho miedo, por su
inclinación a la derecha y por los procedimientos tan bastos que tiene. Su fin
parece ser que es, tener a todo el mundo asustado y disgustado, tal como viene
demostrando. Yo pienso que a las españolas y españoles no nos gustan los
lideres con látigo, ni queremos una presidenta del Gobierno así. Y menos aún,
con las calamidades que el pueblo español sufrió con el dictador. Que cambie de
procedimientos, o el miedo colectivo de los españoles la vencerá.
Una persona que la conoce bien, ha dicho de ella:
“Susana Díaz no permitirá que haya paz en este partido hasta que ella mande”.
¿Podemos tener una fatalidad peor?
Lo que sí recomendaría al PSOE andaluz es, que no se
meta en el terreno sindical, queriendo suplantar a los sindicatos como han
hecho pactando con el PP el incremento del Salario Mínimo en un 8%, con el
error de no saberse la subida de los próximos años, como los sindicatos querían
fijar. Esa es una reivindicación sindical que en el PP sabían que tenían que
conceder. Dándose la paradoja de que, a UGT y CCOO les ocultaron la operación,
para que esa subida la capitalizara el andalucismo socialista, cuando había
sido una conquista sindical en unas conversaciones sin terminar. En todo caso,
si a Díaz el PP le concede algo, no es por ser ella; sino porque a Pedro lo
quieren quemar de cara a las próximas primarias, por los malos ratos que les ha
hecho pasar, con el “NO es NO”, negándose a la abstención para que Rajoy
pudiera gobernar.
Ahora bien, lo más vergonzoso ha ocurrido en la
magnifica manifestación que el domingo 18 de este mes, los sindicatos
mayoritarios realizaron en Madrid por los derechos sindicales. En las fotos, el
susanista andaluz, Mario Jiménez (este tipo no me gusta), se reía tanto que
ofendía. Pero, ¿por qué se carcajeaba
tanto? ¿por nervios, dar en cabeza a alguien? ¿reírse de los trabajadores y del
movimiento sindical? ¿Para superar la vergüenza que les da lo que han hecho? Yo
me inclino por lo último, queriendo aparentar que después del golpe que dieron
haciendo dimitir a Pedro Sánchez, en el partido todo es felicidad y armonía. En
las movilizaciones de hace cuatro años el Partido Socialista no se veía, en la
de ahora todo fue fingimiento y
trapacería.
El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández
Toxo, ha declarado: “Sí el PSOE renuncia a la izquierda no volverá a gobernar
en la vida”. Así, la gestora y los barones “rojos” quieren aparentar que son de
izquierdas, cuando no son ni liberales progresistas. ¡Qué cruz!
La socialdemocracia actual no convence a los
trabajadores, a la clase media asalariada, a los marginados del mundo...
Hagámosla real o desaparecerá.
23.12.2016
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista