Vistos los resultados después de
siete meses del Gobierno popular, la valoración suya más exacta que puede
hacerse desde el sindicalismo y la izquierda es, que la derecha esta gobernado
exclusivamente para su clase: los capitalistas, empresarios, banqueros,
personas adineradas, altos ejecutivos, funcionarios de élite, la jerarquía de
la iglesia; siendo ese su único fin e interés. Este partidismo clasista, lleva
a la clase más vulnerable hacia la miseria, a los trabajadores a la eliminación
de sus derechos y a la radicalización por honor -como revulsivo a la
imploración que sin duda sus enemigos desearían-, a la clase media a vivir
sujeta y cada vez peor.
Sin pérdida de tiempo, hizo un
primer regalo a las patronales con una reforma laboral salvaje, desde hacia
años anhelada por ellas y los malos empresarios, que ha desvirtuado el mundo
del trabajo. Dando a las relaciones laborales una vuelta al revés, para
sumirlas en la indefensión de parte y en la desprotección. Anulando de paso o
hiriendo, los avances de participación compensada de los trabajadores en la
empresa, que tan buenos resultados comunes estaban obteniendo. Esa reforma que
es mala, desastrosa, para los asalariados, las empresas, el país; solo ha
servido para abaratar y facilitar el despido, incrementando el paro hasta rozar
el 25 % y dejando las empresas semivacías o cerradas. La desgracia del alza del
desempleo, debía ser una vergüenza para el Partido Popular, sus ideólogos
ultraliberales de FAES, Mariano Rajoy y la indocumentada y provocadora ministra
responsable Fátima Báñez. Esta última, dedicada ahora de forma partidista e
irresponsable, a filtrar a un medio afín, la documentación reservada de un
expediente de regulación de empleo, instado por el PSOE en su ministerio.
Esta reforma es un autentico
desastre. Un paso atrás para el fortalecimiento de la economía productiva, para
la mejora de la productividad, para todos los negocios en su conjunto; dado que
supone tanto, como desconfiar de la capacidad y la profesionalidad de los
trabajadores, de las personas, relegándolas a simples sujetos tayloristas en su
método dictatorial de desconsideración humana. Por descontado, esta reforma no
era necesaria ni conveniente. Su implantación solo obedece, en mi opinión, a
que aprovechando la crisis, Mariano Rajoy esta implantado descarada e
injustamente una rancia revolución conservadora que, colma su ideario
ideológico, llenando los bolsillos de
los más pudientes, relegando a los necesitados. A este hombre se le ve feliz,
cada vez que la caída de la economía, le permite argumentar un nuevo recorte
social. Es como si pensara, otro euro que voy a quitar a un pobre, a otro viejo
que le voy a robar el bastón.
El siguiente paso esta siendo, la
eliminación progresiva del Estado del bienestar. Si lo permitimos, pronto se
atreverán a decir, que ya no existe porque no se podía mantener y zanjarán el
asunto. Están anulando las subvenciones a la dependencia (a los mayores), para
antes de acabar la legislatura abolirlas definitivamente, derogando la ley.
Eliminan ayudas a discapacitados, para que realicen trabajos apropiados fuera
del hogar, limitándolos a quedarse en casa, mirando todo el día por la ventana.
Lo cual es un recorte roñoso y repugnante, propio de políticos incapaces y de
gente sin corazón. Lo mismo, que hacer pagar una parte de los medicamentos a
las jubiladas y jubilados, cuando algunos de ellos, a partir del veinte de cada
mes ya no pueden comprar el pan, o no tienen bastante dinero para calentarse en
invierno. ¿Muchos abuelos, si tienen que elegir entre comer o calentarse y
pagar un medicamento, que decisión tomarán?
Su fijación continua ha sido,
atacar con toda su sinrazón a la sanidad y a la educación. Allí, el objetivo es
doble. Por un lado, disminuir el gasto público como su teoría enfermiza les
marca. Por otro, reducir el servicio, dejando hueco para que la iniciativa
privada se meta en él para ganar dinero. Ante lo cual, surgen dos
observaciones. Una, si la derecha no cree en la actividad pública, ¿para qué se
presenta a las elecciones para gestionarla, si en realidad la quiere eliminar?
Otra, ¿qué clase de empresarios son esos que, solo saben hacer negocios, si se
los arrebatan a la Administración? ¿Qué juego de coincidencias hay allí? Todos
los que buscan obtener beneficio de las necesidades de la población, en
detrimento de los servicios públicos, no parecen ser unos emprendedores súper
competentes, más bien se comportan como unos pedigüeños en busca del tesoro
público. Como la iglesia hace en la educación. El capital y la derecha española
ven que, los servicios públicos mueven
muchos millones, queriendo que pasen a engrosar sus cuentas. Para eso cuentan
con el marianismo, que les esta haciendo un magnifico servicio. En su
maquiavélico fin, irán destruyendo la Seguridad Social, la educación, las
pensiones, las protecciones por desempleo, el Estado social y de derecho que
protege a los ciudadanos. El PP acabará con todos los vestigios sociales que
encuentre.
La estrategia del ataque conservador,
consiste en aplicar un recorte social e inmediatamente otro, sin dar tiempo a
censurar al primero. Todo va muy rápido, de manera que una medida nueva haga
olvidar a la vieja. A esta maraña manipuladora, le añaden una dureza extrema de
planteamientos, no cambiando ninguna de sus propuestas por muchas razones que
les invoquen, ni por mucha que sea la presión sindical que se les pueda hacer.
UGT y CCOO, el 29-M, hicieron la segunda mayor huelga general de la democracia
en contra la reforma laboral y, como nunca ha ocurrido, el Gobierno popular no
ha cambiado nada de la misma. Los sectores de sanidad y educación, llevan
varios meses en la calle protestando por
sus recortes, cambios laborales y pérdida de empleo de miles de interinos; sin
que los seguimientos masivos de los afectados y de infinidad de padres y
ciudadanos, hayan conseguido mover la posición de los ministerios.
Otro procedimiento es, actuar
como si los sindicatos no existieran, no teniéndolos en cuenta para nada. A la
vez, que reducen los liberados sindicales y eliminan las subvenciones a las
centrales sindicales, por la prestación de servicios que realizan. Debe quedar
claro, que una de las metas del conservadurismo mariano, es acabar con los
sindicatos de clase, concretamente con CCOO y UGT, al ser las únicas
organizaciones con capacidad de oposición a las políticas antisociales
gubernamentales. El PP y su derecha extremista, deben creer que con las
campañas mediáticas que han hecho en contra de las organizaciones sindicales,
estas ya no debían existir con el impulso necesario para movilizar e imponerse
a sus políticas. Pero se están equivocando, cometen un gran error, la fuerza
sindical es mayor a la que imaginan. Tanto con más como con menos liberados, o
con subvenciones o sin ellas, los sindicatos mayoritarios continuarán vivos y
activos, por mucho que a Mariano Rajoy, tanto como a la derecha y la
ultraderecha del Partido Popular les pueda pesar. Que sigan adelante, que les
saldrán al paso. Ya han convocado una nueva movilización para el 19 de
julio.
Sin embargo, es totalmente
irresponsable seguir esa política gubernamental de desconsideración sindical,
debido a que los conflictos acaban radicalizándose, lo que tiene que ser
siempre un motivo de preocupación para todos, como desde hace tiempo lo es para
mí. Si no se alivian, las ollas a presión explotan. Si quieren sindicalismo de
confrontación, lo tendrán, no me cabe ninguna duda. UGT ha sido y es, un
sindicato negociador, su estrategia es la de negociación-presión, siempre por
este orden; pero cuando la negociación fracasa, es el primero en movilizarse y
con más fuerza que nadie. Como estos días lo demuestran los mineros aragoneses,
asturianos, leoneses, en su lucha ejemplar en defensa de sus puestos de
trabajo. La mayoría de ellos, con la pegatina de UGT en el gorro y la camiseta,
porque son afiliados y militantes de la organización. El Gobierno no cede en
nada, pero cuando caiga lo hará a plomo.
Yo rechazo la violencia sindical,
pero me parece gracioso el temor de algunos voceros mediáticos del PP, que se
asustan porque ven a mineros con lanzacohetes, enfrentándose a la policía. ¿Qué
pensaban estos señores, que eran las luchas obreras en un contexto de
confrontación? Esos artefactos del miedo, ya se usaban hace años en la reconversión
industrial y por eso, no estalló ninguna revolución, todo continuó en paz. Sí
se debería pensar, que el conflicto minero esta radicalizado, porque el
Ejecutivo no hace caso de sus reivindicaciones. Fenómeno este que debe hacer
pensar a los ministros, porque puede extenderse a otros colectivos afectados
por los recortes, si estos presionan y reciben como contestación, la misma
dosis de silencio gubernamental que se usa como norma. El conflicto minero, es
consecuencia de la arrogante e imperfecta política negociadora del Gobierno. Él
es el culpable y tiene que rectificar.
La sana lucha de los mineros, ha
levantado la moral de la clase trabajadora española. Ellos tienen toda la razón
y el ministro ninguna. Estos compañeros, defienden el pacto de continuidad de
las minas, que tienen vigente hasta el 2.018 y que el actual gobierno incumple,
recortándolo en un 60% este año, lo que se teme que será el cierre de las
minas. Siendo maravilloso verlos entrar el día 11 en Madrid, después de que 200
mineros hubieran andado 400 kilómetros desde sus lugares de origen, en la
llamada “marcha negra”; recorriendo después la ciudad por la noche, con el foco
del casco encendido, acompañados de 200.000 madrileños que los fueron a
recibir. Todo un fenómeno nunca visto, que las televisiones no transmitieron en
directo, aunque a la selección de fútbol sí. A la mañana siguiente, miles de
personas llegadas en 500 autobuses desde las cuencas mineras, los acompañaron
por la Castellana hasta el Ministerio de Industria; pero fiel a su recetario,
ningún representante del departamento recibió a los mineros. El conflicto
seguirá y lo ganarán. Aún quedamos muchas personas que les podemos ayudar. Un
niño de 12 años dijo: “Si cierran las minas nos quedamos sin cuartos” Un día
después, el titular de Industria, José Manuel Soria, solicito comparecer en el
Congreso, por el tema del carbón. Según el diputado asturiano Gaspar
Llamazares: “Él ha decidido incendiar y él tendrá que apagar el fuego”. Joaquín
Carbonell ha escrito: “Los mineros son la representación de la dignidad
obrera”.
El recortazo que hundirá España
En eso estábamos, cuando el 11 de julio (una fecha para
recordar), el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en uno de sus días más
felices, presentó en el Congreso de los Diputados, el recorte más brutal e
irracional imaginable, recibido con gran enojo por los ciudadanos y con grandes
sonrisas y aplausos en la bancada popular, lo que fue ofensivo para la
población (también para recordar). Las medidas con recortes para funcionarios, parados,
dependientes y subidas de impuestos; lograrán un ajuste de 65.000 millones de
euros en los próximos dos años. A ellos se suman los 27.000 millones que el
Gobierno recorto en diciembre. Más los 18.000 que están recortando las
comunidades autónomas. Lo que suma una reducción de 110.000 millones de euros.
El anterior Ejecutivo del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, recortó
15.000 millones en dos años. Las medidas principales son:
1. Incremento
del IVA general en tres puntos, del 18% al 21%. El tipo reducido del IVA pasará
del 8% al 10%. Se mantiene el tipo superreducido en el 4%. La recaudación del
IVA, ha retrocedido un 10,1% hasta mayo. Ahora se contraerá más. Ya se dice:
¡IVA España!
2. Recorte
del subsidio de desempleo a partir del sexto mes, del 60% al 50% sobre la base
reguladora, para “animar la búsqueda activa de trabajo”. Piensan que los
parados no trabajan porque son vagos. Al oír la medida, la diputada popular
Andrea Fabra dijo: “¡Que se jodan!”
3. En
2.012, suspensión de la paga extra de Navidad a los funcionarios. Lo que se
deje de percibir se les devolverá a partir de 2.015 a través de un fondo de
pensiones. Cuando se plantea algo así, al final no se suele cobrar nada. Que se
vayan preparando los jubilados.
4. Más
impuestos, posiblemente a través del céntimo verde, una tasa sobre los
hidrocarburos que supondría un recargo de entre tres y cinco céntimos por litro
de carburante. Lo que le faltaba al sector del automóvil.
5. A
partir de 2.013, se elimina la reducción por la compra de vivienda para los
nuevos compradores.
6. En
la Ley de Dependencia, se revisará el baremo y las prestaciones del 2.013.
7. En
las administraciones locales, reducción del 30% de concejales por tramos de
población.
8. Drástica
reducción de empresas públicas en el ámbito local.
9. Flexibilización
de horarios comerciales.
10. Recorte
adicional de un 20% en las subvenciones a los partidos políticos, sindicatos y
organizaciones patronales. “¡A trabajar, vagos!” y “¡A Cuba!” gritaban
energúmenos diputados populares, cuando Rajoy hablaba de reducir el numero de
liberados sindicales en la administración. Cuando tiene ocasión, la
ultraderecha del PP enseña su patita.
11. Recorte en
los ministerios de 600 millones de euros en las partidas de gastos.
12. Reducción
de empresas públicas y fundaciones.
13. Se abre la
puerta a una rebaja de las pensiones. El Gobierno llevará al Pacto de Toledo un
nuevo proyecto de ley sobre el sistema de pensiones, para acelerar la
aplicación del “factor de sostenibilidad” y abordar la jubilación anticipada.
Será un empeño más, a favor de las pensiones privadas.
14. Una rebaja
de dos puntos en las cotizaciones sociales de las empresas a la SS. Un punto en
2.013 y otro en 2.014. Otro regalito a la patronal.
15. Liberalización
y, en su caso, privatización de los servicios asociados al transporte
ferroviario, portuario y aeroportuario. La RENFE se va a liberalizar, o sea a
privatizar.
En total quince nuevos recortes, que se suman a los
anteriores y que habrá que añadir a los siguientes que faltan por venir, porque
con esta política austera recortista que sigue haciendo el Gobierno, se
terminará de hundir España. Debido a que cada día la economía irá peor, siendo
menor progresivamente la recaudación fiscal del Estado, por la caída paulatina
de la actividad y del consumo. El Ejecutivo seguirá diciendo, como no tengo voy
a recortar más, sin que sea capaz de sacar el país de esta rueda infernal. En
todo lo propuesto por el Presidente, no hay ni una sola medida dedicada a la
creación de empleo y al crecimiento. ¿Quién puede pensar, que con esta economía
cobarde y de rapiña, se puede salvar el país? Felipe González se cansa de
decir: “Sin crecimiento España se arrastrará por el barro durante 10 años. El
que no crece no paga”. Siendo igualmente clarificador lo escrito por el exministro
y líder del Partido Verde alemán, Joschka Fischer: “Queda aún por verse cuanto
daño político habrá causado al sur de Europa la política de rescates de
Alemania para la Eurozona, con su mezcla de austeridad, desempleo a gran escala
y depresión económica. Es importante reducir los desequilibrios económicos, e
igualmente coordinar las políticas europeas para estimular el crecimiento”.
Siendo totalmente vergonzoso, el que nuevamente todos los
sacrificios y recortes de Mariano Rajoy van siempre para el mismo lado: las
clases media y baja, nunca para la alta. Podía haber establecido: “Un impuesto
a las grandes fortunas y a las grandes empresas”. “No se recorta nada a La
Iglesia, a la Casa del Rey, en el gasto de Defensa”. No se incrementa “el
impuesto sobre el patrimonio”. No se incide “en la economía sumergida”. No se
persigue de verdad “el fraude fiscal y del IVA”. No se establece “una tasa
sobre transacciones financieras”. Se libra “a los grandes bancos de una mayor
aportación”.
Por el contrario, el primer ministro francés, el
socialista Jean Marc Ayrault –François Hollande es el Presidente-, anunció
también ante el Parlamento nuevos impuestos para las grandes empresas y los
ricos. Reinstauró el impuesto sobre las fortunas y el de sucesiones. Suprimió
el aumento del IVA previsto para este otoño. Garantizó que las clases populares
y las clases medias serán exoneradas del esfuerzo, mientras que los ricos
deberán contribuir mucho más. Además de crear una tasa especial para los bancos
y las empresas petrolíferas. Han establecido una imposición del 45% para los
más ricos y del 75% a partir de un millón de euros anuales de ingresos.
Pero claro, con ese programa francés, Mariano Rajoy no
podría hacer su mísera revolución a favor de los de arriba, quitando todo a los
de más abajo. Si al menos las pérdidas fueran repartidas entre unos y otros, o
como mínimo que hubiera una sola medida para ellos y el resto para nosotros,
sería otra cosa. Sin embargo, ni aún eso se hace. Así diré, que yo no creo que
los recortes o la política económica concreta se imponga desde Bruselas. De
entrada y durante mucho tiempo, desde el Fondo provisional EFSF, se va a
rescatar a la banca española con hasta 100.000 millones de euros, lo que
significa que España está duramente intervenida y vigilada porque el que presta
quiere cobrar. Pero se ha de saber, que el cobro se tendrá en todo momento
asegurado, con el memorando que la troika (FMI, BCE, CE), con sus guardianes
los hombres y mujeres de negro, hará cumplir a los bancos intervenidos. Además
de contar con la garantía final del aval del Estado, tal como ese propio fondo
de rescate exige en sus normas. En el futuro puede ser diferente, al poder
desaparecer la garantía pública de pago; pero yo dudo de que lo vaya a ser.
En mi opinión, la Comisión Europea, la troika, junto a
todos los estamentos europeos y mundiales, lo que de verdad quieren es, que el
Ejecutivo español alcance el objetivo de déficit del 3%, ahora en 2.014. Y en
eso son y serán muy firmes. Ese objetivo, es tan difícil de alcanzar y, el
recorte de tal envergadura, que al país no se le pueden poner más obligaciones.
Ya tiene bastantes. Yo creo las palabras del ministro De Guindos, cuando dice,
que nadie les ha impuesto nada. En las reuniones internacionales, en principio
se confía en cada delegación, como se fiaron de los griegos y hasta ahora de
los españoles, aunque con alguna duda, por la informalidad gubernamental. Por
eso se marcan los objetivos a cumplir; pero en la forma de alcanzarlos en cada
país, se responsabilizan las representaciones locales. Al menos esa es la
experiencia que yo tengo. No verlo así, me parece equivocado.
Así, el 3% del déficit fijado, se puede obtener haciendo
que paguen más los que más tienen, e incrementando los ingresos y reduciendo
los gastos. Pero difícilmente se podrá lograr, pagando la factura los pobres y
recortando únicamente los gastos.
Hollande ha elegido la primera vía y Rajoy la segunda y ambas son
admitidas en Bruselas. En nuestro caso, previa inspección de la Troika. Por lo
tanto, todo lo malo que se está haciendo aquí, es responsabilidad del Gobierno
del Partido Popular. Que los populares no se escuden en nadie, buscando
culpables para sus fracasos. De los triunfos de la revolución conservadora, se
vanagloriará Mariano Rajoy, con el desprecio absoluto del pueblo español. Ese será
su castigo. El Presidente sí debe saber que, si no consigue el déficit
estipulado, la troika lo hará caer... como ha hecho con otros. Hoy, los
trabajadores públicos han tomado la calle.
13.07.2012
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista