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Zaragoza, Aragón, Spain
Sindicalista de UGT Zaragoza entre 1977 a 2006. Periodo en el que fue uno de los refundadores de UGT Zaragoza, Sº de Acción Reivindicativa de UGT Zaragoza, Sº General de UGT en General Motors España, Presidente del Comité de Empresa de GM España, Sº General de UGT Metal Zaragoza, miembro del Comité Confederal de UGT y formó parte del Comité Europeo y Mundial de General Motors .

sábado, 25 de enero de 2014

Las banderas socialistas de hoy




Ante la debilidad socialista actual, las elecciones europeas de mayo, la evolución de la crisis, los padecimientos que esta sufriendo la población por las políticas adversas de la derecha; la izquierda ha de hacer valer su discurso y que este sea entendido y defendido por sus votantes.

Así, en la izquierda se han de asumir cuatro ideas iniciales que me parecen determinantes, si no se quiere perder el tiempo y continuar igual. Una, que hay que vencer a la derecha en las urnas, uniendo para ello a todo el potencial progresista que sea posible. Dos, que el resto de la izquierda sin el PSOE no tiene nada que hacer, nunca ganaría. Tres, que sin los socialistas, aunque se unieran el resto de los partidos de izquierda y todos los movimientos sociales en activo, la derecha ganaría siempre. Cuatro, el que los partidos socialistas han de ser de centroizquierda, porque sin votos de la clase media nunca podrían ganar y la derecha seguiría venciendo.

Teniendo en cuenta estas premisas, ha sido sorprendente el revuelo mediático y de análisis político que ha generado la reciente propuesta del Presidente francés, François Hollande, de recortar el gasto y cargas sociales a las empresas: “Cambio de rumbo en Francia, Hollande vira a la derecha, Alemania y Gran Bretaña aplauden el drástico giro del presidente francés en materia económica”. Paul Krugman ha escrito: “Escándalo en Francia”, algunos esperábamos que Hollande plantara cara y en lugar de eso, cayó en la sumisión intelectual. Francisco G. Basterra, con el título: “Banderas arriadas”, ha dicho Europa ha perdido la última plaza del socialismo en el poder, rendida por Hollande. Jean-Marie Colombani, en su artículo: “La sorpresa de Hollande”, hace otra lectura al considerar que restablecer la economía francesa es la condición previa para volver a tratar de tú a tú a Alemania.

Para mí, fue asimismo asombrosa la extrañeza de un periodista que en una multitudinaria rueda de prensa le vino a decir a Hollande, ¿usted por que no se declara socialdemócrata?; a lo que contestó, el que a estas alturas no sepa que soy socialdemócrata (...) Los franceses se han hecho llamar socialistas siempre y los alemanes socialdemócratas; sin embargo, son cuña del mismo árbol y sus políticas semejantes, porque ambas palabras ideológicamente son lo mismo. En España, pasa como en Francia, pocos se declaran socialdemócratas cuando lo son tanto los de aquí como los de allí. Los partidos socialistas europeos son socialdemócratas o socialistas democráticos si se prefiere. Nada más, ni nada menos. Que la prensa plantee hoy disyuntivas así es paradójico, porque Hollande ideológicamente seguiría siendo el mismo, fuera una cosa u otra. Como Santiago Carrillo decía, la socialdemocracia ha traído lo que Carlos Marx quería, sanidad y educación para todos. El problema no es ser socialista o socialdemócrata de verdad, sino el socialliberalismo que se inmersa en las filas socialistas.

El socialliberalismo llego principalmente por medio de las terceras vías del ingles Tony Blair y del alemán Gerhard Schröder. Ellos se acercaron peligrosamente a la derecha para ampliar su influencia electoral, lo que les sirvió para ganar comicios; pero su desviación fue tan acentuada que, finalmente perdieron a sus fieles tradicionales de la izquierda, quedándose en terreno de nadie. En España, José Luis Rodríguez Zapatero inició su andadura hablando de una nueva vía, de la que nunca más se supo, si bien ahí ha quedado su mal final presidencial.

Mas en el ortodoxo socialismo francés, no ha ocurrido nada de esto. Allí las malas hierbas socialliberales no han brotado tanto hasta ahora. ¿Será Hollande, el Blair galo? En mi opinión, es pronto para decir sí o no. Porque de momento, su ajuste me parece económicamente defensivo, dado el aciago estado actual de la economía en la Unión Europea. Con los neoliberales de la derecha, gobernando en casi todos los países; y empujando a Europa -a la social, brillante y querida Europa del recuerdo-, hacia el abismo de la injusticia social y el estancamiento económico, lo que le influye sobremanera, limitando sus posibilidades de crecimiento. En la Unión Europea manda la derecha, de ese laberinto trata de salir. Subió los impuestos hasta un 75% a los ricos.  Su economía sigue mal y trata de desbloquearla. ¡Ojalá lo consiga!

El Partido Socialista español, ha hecho su anunciada Conferencia Política que me ha parecido interesante, tendría que optar por “listas electorales abiertas”, esta renovando su liderazgo. El líder del Partido Laborista británico, Ed Miliband, arrecia su lucha contra los bancos, las eléctricas, quiere crear un nuevo capitalismo para acabar con el declive de las clases medias. En Alemania, los socialdemócratas gobiernan con los democratacristianos, donde van obteniendo avances, como la implantación del Salario Mínimo y la jubilación a los 63 años en vez de la establecida a los 67.

De cara a las europeas, hay que fijar la atención sobre el Presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata que viene de Alemania (no como alemán... como le gusta decir), Martín Schulz, candidato de los socialistas a presidir la Comisión desde noviembre. Es europeísta, sincero, duro. Su denuncia es constante, contra las penurias que la clase media y los más desfavorecidos sufren, a causa de la austeridad. Él piensa que el capitalismo salvaje ha destruido Estados e individuos. Considera que Europa es el continente más rico del mundo, pero tiene una distribución de la riqueza muy injusta. Propone una regla simple: pagas los impuestos allí donde tienes beneficios. El candidato de los conservadores será, el neoliberal y azote del tercio de su majestad Angela Merkel, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.

Así pues, o Schulz o Rehn. La diferencia es abismal. Pensemos con la cabeza y sintamos con el corazón. No al revés, por favor. Estas son las banderas socialistas de hoy. Ondeémoslas yendo a votar y votando socialismo. Sin ellas, la humanidad no tendría esperanza.

                 
25.01.2014                                                                 Fernando Bolea Rubio
                                                                     Sindicalista        

domingo, 12 de enero de 2014

Sábados productivos de balde


Una nueva fechoría laboral del Gobierno se va a padecer, con el Decreto-Ley 16/2013, de 21 de diciembre. Quizá hecho, para conmemorar dos años y un mes después, el triunfo electoral del Partido Popular, de tan tristes resultados sociales y de todo tipo. Lo estropean todo. No dejan nada en pie. El Estado del bienestar desaparece por encanto, la legislación laboral la han hecho añicos, a los trabajadores los hunden en la escasez diariamente. Y no paran. Incendian todos los bosques. Su mecha habrá que apagarla, parando las fábricas por tercera vez, en tres años.

Se dice que la ignorancia es muy atrevida y por supuesto, la derecha española de salón, la no productiva ni empresarial, lo es. Está, lo mismo que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, viven en la inopia. No saben lo que se ha de hacer, para que las empresas y la industria prosperen. Al contrario, burócratas patronales neoconservadores como ellos, le cuentan al Ejecutivo cuentos chinos; e, inmediatamente éste, los lleva al Boletín Oficial del Estado, sin diálogo sindical ni consenso político. En mi opinión, todo esto el PP lo pagará electoralmente; aunque de momento, sus abusos y vejaciones se sufren. No saben que “los trabajadores son el principal valor de una empresa”. Esas personas que medio odian, porque si no, no se explica el que les hagan tanto mal.

La felona ley, lleva por título: "Medidas para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los trabajadores". Pues bien, con ella va a ocurrir todo lo contrario. En vez de en estabilidad laboral, influirá en inestabilidad contractual; debilitándose el empleo, dado que tiende a reducir plantillas en vez de incrementarlas, porque los representantes de los trabajadores no las van a poder defender. Todo, porque la “jornada irregular” se legaliza incorrectamente, con el texto siguiente: “Mediante convenio colectivo o, en su defecto, por acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores, se podrá establecer la distribución irregular de la jornada a lo largo del año. En defecto de pacto, la empresa podrá distribuir de manera irregular a lo largo del año el diez por ciento de la jornada de trabajo”.

Las posibilidades de la jornada irregular se vienen contemplando desde la reforma laboral de mayo de 1994, en tiempos de Felipe González, sin embargo su redactado era totalmente diferente. Se limitaba a decir lo mismo que el texto anterior, excepto lo referente a la potestad empresarial del diez por ciento. Se facultó con la obligatoriedad de que las partes la tuvieran que negociar y pactar, dando las mismas posibilidades de acuerdo a los trabajadores que a los empresarios. Lo cual era lo correcto. Pero como en todo, llego la voraz mano del Gobierno del PP y, en su reforma laboral de febrero de 2012, ya concedió a los empresarios un primer premio, dándoles la facultad de poder implantar unilateralmente, un cinco por ciento de la jornada irregular. En la de julio de 2012, ese galardón lo dobló llegando a ese lamentable diez por ciento.

Y ahora, con su última gracia, en el decreto de 21 de diciembre de 2013, ha completado la pirámide dando al vértice más poder y posibilidades, por medio de este nuevo párrafo: "La compensación de las diferencias, por exceso o por defecto, entre la jornada realizada y la duración máxima de la pactada será exigible según lo acordado (...) En defecto de pacto, las diferencias derivadas de la distribución irregular de la jornada deberán quedar compensadas en el plazo de doce meses desde que se produzcan". En definitiva, que la regulación del tiempo antes era a lo largo del año y ahora más allá del año en curso, en los doce meses siguientes.      

Después de esta hazaña de visión laboral tan pobre, gente del Ejecutivo presumía en las ruedas de prensa, alardeando: “Se potencia la distribución irregular del tiempo de trabajo, al permitirse regular los excesos o defectos de jornada en las “bolsas de horas”. Una flexibilidad interna que ha revelado su eficacia en sectores como el de automoción”. Sí, es cierto. En GM España, mi fábrica, los resultados de la jornada irregular en sus doce años de implantación (desde febrero de 2002) son magníficos, tanto en lo laboral como en lo industrial. Si bien ha de quedar cloro, que la jornada irregular implantada en automoción, ha sido pactada no impuesta. Siendo esta diferencia  sumamente importante, porque puede significar un triunfo colectivo para las partes económica y social de la empresa; o un fracaso estrepitoso para todos. Me explicaré. 

Un 10% de la jornada a voluntad del empleador significa que, en una jornada anual de 1.700 horas, 170 serían irregulares. El equivalente, a una bolsa anual de más de 20 días.  Esa cantidad de flexibilidad productiva, puede cubrir todas las necesidades que una empresa puede llegar a tener. En la planta de GM España, pactamos 25 días de jornada irregular a la baja, acumulándose de año en año, siendo esa bolsa de días una de las mayores existente en el sector de automoción. Digo esto, porque si la empresa de por sí puede imponer por ley, toda la flexibilidad que puede llegar a necesitar, ¿para que va a negociar con los comités de empresa la nueva jornada, teniendo que compensar a los trabajadores con algo a cambio? Con imponerla, le basta.

Ahora bien, así la compañía no va a lograr su objetivo, sino que levantará un fuego laboral interno que podría ser eterno. Por lo siguiente. Las bolsas son a la baja y al alta, con  jornadas de recuperación y jornadas adicionales. Por ejemplo, nosotros pactamos las 25 jornadas de recuperación a la baja o de paro técnico; con 8 turnos por empleado y año al alta o de jornadas adicionales. A la baja, supone que cuando disminuyen las ventas, la empresa paga los salarios a los trabajadores, sin que estos trabajen ni asistan a los puestos de trabajo. Recuperándose esas jornadas después, cuando las puntas de producción mejoran. Al alta, es aumentar la fabricación o la actividad una jornada más, pasando a ser esas semanas especificas de seis días.

Pero ha de quedar claro, que la jornada irregular significa tener que trabajar en sábados. Convirtiéndose estos en sábados productivos, cuando en los convenios la jornada semanal es de lunes a viernes. Es la manera de devolver a la empresa, los días cobrados y no trabajados de paros técnicos. O al tener que trabajar sábados al alza, por necesidad de mayor producción. Y, en este punto, se da el mayor escándalo de la equivocada ley,  debido a que no tiene el mismo valor trabajar en sábados o festivos, que en días normales. Por lo tanto, ese valor se le tiene que compensar al trabajador en tiempo o en dinero; negociándose las cuantías que correspondan. Mas, ¿el flamante decreto que dice al respecto? Nada. O mejor dicho, todo, porque anula el mayor valor del trabajo en sábados, si las jornadas irregulares no han sido negociadas y la empresa las ha impuesto, como puede hacer ahora.

En GM España pactamos, que las jornadas a la baja y al alta fueran compensadas con el mismo valor que las horas extraordinarias. Las jornadas a la baja se acordaron con el valor de 1,75 en tiempo, significando el que cada sábado trabajado casi valía por dos días a recuperar. En las jornadas al alza, la compensación fue del 1,75, en este caso en dinero; pudiendo ser también, con un día de descanso más la diferencia en dinero entre 1 y 1,75. Además, garantizando 18 días de vacaciones colectivas en el año natural, la empresa podía fijar hasta 9 días de vacaciones flotantes o no colectivas, para utilizarlos como devolución al precio de 1x1. Así, en el caso de 23 días a recuperar, serían 9+(8x1.75)=23, con 8 turnos en final de semana sería suficiente.

En todo caso, la suma de turnos de recuperación en fin de semana y turnos adicionales en fin de semana en un mismo año, no podía exceder de 10 turnos por empleado (desde 2006 son 15). Si procede aclarar que, porque se trabaje algunos sábados al alza, no se impide generar nuevos puestos de trabajo, ya que para poner en marcha las cadenas de producción, se necesita la plantilla completa. Y nada se podría hacer, con más operarios de producción contratados si las líneas estaban en stand by.

Yendo la compensación a más, porque por la “jornada irregular y un Plan Industrial por la Competitividad y el Empleo que firmamos”, se obtuvo el contrato de jubilación parcial y contrato de relevo a los 60 años para toda la plantilla (saliendo un trabajador y entrando otro). Generándose cientos de nuevos empleos de jóvenes, al irse los mayores sustituidos por ellos. Habiéndose implantado, a modo de principal contrapartida, la estabilidad laboral contractual casi total de los trabajadores en la empresa, al haber introducido la flexibilidad productiva por medio de la jornada irregular. Más un Programa de Complemento de Incapacidad, para las personas afectadas.

Este tipo de jornada, además de favorecer la fabricación, reduce las horas extraordinarias, evita expedientes de regulación de empleo de suspensión y el que los trabajadores vayan al desempleo. El Plan Industrial con su jornada flexible, es uno de los principales pilares que GM España tiene, tanto en lo social como en lo industrial y competitivo.

A lo largo de estos años, la evolución de la bolsa de días ha sido constante, llegándose a utilizar completa varias veces. Ante lo que cabe preguntar a la ministra responsable... ¿Piensa usted, que en GM España hubiera sido posible hacer todo lo que se ha hecho, con una jornada irregular sin pactar y los trabajadores cobrando los sábados como un día normal, como su decreto permite? Le haré otra... Si usted fuera la presidenta de una  empresa, ¿donde designaría antes los nuevos volúmenes de fabricación, a una fabrica con la jornada irregular y la flexibilidad productiva pactada; o a otra, donde todos estos conceptos hayan sido impuestos con el descontento de los trabajadores y su radical oposición?

Como sabe, en los últimos 12 meses, los fabricantes de automóviles ubicados en nuestro país, han confirmado inversiones por valor de 4.500 millones de euros. De los 34 modelos que en España se fabricaban en el 2011, se pasará a 44 modelos en 2015, un 30% más. En todo caso, no diga que eso se hace por sus reformas laborales, porque en el sector de automoción no se aplican y dado que, cuando las marcas decidieron estas inversiones, usted seguramente no había nacido. El gerente del cluster aragonés de automoción, David Romeral, ha escrito: “La innovación y las inversiones no servirían de nada sin el talento de los trabajadores”. Por supuesto que sí. Señora ministra, no estropeen ustedes lo que va muy bien.

A la legislación sobre la jornada irregular, no se le debió dotar de la facultad empresarial de imponer el diez por ciento. Que es lo mismo, que si se les concediera la facultad completa, dado que con ese porcentaje se puede cubrir las necesidades que se puedan tener. Marginando totalmente a los trabajadores, cuando ellos son los principales garantes de cualquier sociedad. ¡Que se sepa y se enmiende, no haciendo uso de esta fatídica ley!

            
12.01.14                                          Fernando Bolea Rubio
                                                           Sindicalista