El panorama socialista se despeja deprisa. Tanto es
así, que en mi opinión Susana Díaz ya es pasado. Ha estado más de dos años
intoxicando al PSOE para llegar a dirigirlo, mas se le ha ido la mano en
extravagancia y dureza cayendo ella también en el fango, sin que sus fieles
-pronto exfieles- barones, con su mediocridad, la puedan levantar. La operación
descalabro, urgida por ella para echar a Pedro Sánchez, le ha llevado al
triunfo y a la tumba. Aun logrando momentáneamente su fin, con la ayuda de
Felipe González y poderes fácticos, tal como Pedro denunció en el programa
Salvados de Jordi Évole. Joaquín Costa escribió en 1903 que “lo que las
mayorías hacen con el voto, las minorías lo hacen con la obstrucción”.
Ahora nadie da un euro por el Partido Socialista. Y
como esos bichos que son los primeros que abandonan el barco, ya se aprecian
indicios de descomposición. Empezando por el propio Felipe, que hoy parece
querer desconectarse de Díaz, porque se ha debido dar cuenta del descomunal
fracaso electoral que al partido se le avecina, si esa señora lo dirige y no
quiere aparecer como culpable. Demostrándose, que si mayormente se sabe que la
sustituta de Pedro será Susana, ¿por qué el PSOE cae tanto en las encuestas?,
cuando si a esta mujer la gente la
quisiera, la tendencia tendría que ser la contraria. Evidentemente,
Felipe es más listo que ella y habrá apreciado su incapacidad, por la forma y
el fondo de cómo ha llevado el proceso de destitución, echándose encima a los
afiliados, los simpatizantes y a los votantes en general. Hay que llegar a la
conclusión, de que ella es el actual problema del partido; con Felipe González,
por ser el gran tapón que impide su regeneración.
El día 17, en un acto de un grupo de comunicación en
Sevilla (el Foro Joly), donde habían sido invitados la flor y nata del
socialismo andaluz y donde Felipe intervino; los susanistas esperaban, que éste
le diera a Díaz el pistoletazo de salida en su carrera para ser la líder del
Partido Socialista, lo que podría conllevar ser a la vez candidata a la
presidencia del Gobierno. Sin embargo, esa flor no floreció ese día y el
susanismo anda desconcertado, pensando incluso que el felipismo puede estar
buscando a otra persona para ocupar ese apreciado lugar. Las palabras del
expresidente fueron vagas, por decir que evita apoyar a Susana Díaz para “no
perjudicarla”, que es lo que siempre se dice cuando los mandamás no se quieren
pronunciar. Regalándole algunos cumplidos: Susana Díaz reúne las condiciones
para optar a ello: “Fuerza y Coraje, sin duda”, pero dejando una pregunta en el
aire: “¿Cuántos más hay así? No lo sé”, que dejo desarbolados a los presentes.
De momento los rubalcabistas se vuelven a introducir
en áreas de mando y surge una lluvia de candidatos, para relevar a Susana. Se
habla de Abel Caballero, el alcalde de Vigo; de Patxi López, el siempre
dispuesto; de Ignacio Urquizu, un corto y desconocido aragonés que publicitan
mucho. Mientras que otros desean hacerse notar como, Garcia Page, aunque nadie
le hace caso. Sí bien podría ser, el centrista, Ramón Jáuregui, el tapado que
el aparato prepara. A mí, de estos candidatos no me gusta ninguno, dado que por
su inferioridad, no se pueden comparar con Pedro Sánchez.
Con sus gracias que a nadie engañan, González estuvo
durísimo con Pedro al decir: “Ha intentado hacer lo mejor que sabía. Pero,
probablemente, no sabía”. Falsas palabras, porque a mi entender lo que subyace
en el fondo es, una maniobra ideológica de los neoliberales y usuarios de las
“puertas giratorias” del partido; en el sentido, de que Sánchez quería hacer un
giro a la izquierda, cuando Felipe y ellos no quieren que se haga. Según el
periodista, Eric Juliana: “En todo momento, Sánchez quería hacer un partido de
izquierdas y no lo han dejado”. Para mí, entre un partido socialdemócrata de
centro izquierda o de centroderecha se esta librando la cuestión.
De todas maneras, ¿a Felipe no le va a decir nadie
que no maniobre más? No tiene una familia que le diga, que no consuma su vida
tan incoherentemente. Es significativo que en estos años, ningún político de
derechas se pasa a la izquierda; mientras que al revés se hace en demasía.
En la charla a la que asistieron los expresidentes
andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñan, invitados por el conferenciante;
Susana Díaz prohibió, en un feo gesto, que les hicieran fotos junto a ella. Así
es el personaje. Acaso Felipe sabe que cuando no lo necesite con él hará lo
mismo. Esta mujer tenía que besar, por donde Manolo pisa.
No obstante, lo mejor de todo es que mañana Pedro
Sánchez vuelve a la carretera, en busca del liderazgo que le han intentado
quitar. Por lo tanto, la esperanza socialista vuelve al corazón de los
afiliados de base, que son los únicos que pueden sacar al partido de las
tinieblas que el susanismo, el felipismo, los barones lo han metido. Costará...
pero el PSOE resurgirá.
25.11.2016
Fernando Bolea
Rubio
Sindicalista