Susana
Díaz continua sin ser querida por los votantes socialistas y en las encuestas
electorales el PSOE sigue cayendo. En la de fin de año de Sigma Dos para del
diario El Mundo, se puede leer para ella este mal resultado: “El PP, 34,8%, dos
puntos más a las últimas elecciones generales de 26-J (junio de 2016); Unidos
Podemos, 22,5%, con 1,4% de crecimiento, lograría su anhelado sorpaso a los
socialistas que con Pedro Sánchez no consiguió; el PSOE ni siquiera llegaría al
20%, quedándose en el 19,4%, más de tres puntos menos siempre que no sea mayor,
porque en política (a día de hoy), tanto El Mundo como El País no son fiables;
C´s, 12,6% medio punto menos que en esos comicios. En la valoración de líderes,
hasta Mariano Rajoy -siempre en la cola- supera al presidente de la Comisión
Gestora socialista, Javier Fernández.
Esto
significa que, ha fracasado la estrategia susanista, de dejar gobernar al
Partido Popular y simular que por ello se obtenían importantes contrapartidas.
El incremento del Salario Mínimo Interprofesional -de los 655,20 euros actuales
al mes a 707,60 en 14 pagas-. Dejando el Iprem congelado, en 532,51 euros
mensuales -con efecto en ayudas, becas, subvenciones o el subsidio de
desempleo, entre otras políticas públicas- es una decepción para los afectados
y los sindicatos. De la promesa de Pedro Sánchez de derogar la reforma laboral,
se ha pasado a las palabras del ministro Luis de Guindos: “El Gobierno tiene
muy claro que el núcleo central de la reforma laboral no se toca, hay un núcleo
duro que no se puede modificar, lo que tiene que ver con la negociación
colectiva”, casi nada.
Sí
va a ser así, solo queda decir muchas gracias Susana Díaz, Fernández Vara,
Javier Fernández, Garcia-Page, Ximo Puig, Javier Lambán, por impedir la
reposición del sistema laboral; vuestra hazaña de echar a Sánchez, las
trabajadoras y los trabajadores os lo agradecerán de por vida.
En
la encuesta mencionada, se dan datos que son sumo relevantes. El votante del
PSOE prefiere en un 53,8% a Pedro Sánchez frente al 34,7% que votaría a Susana
Díaz. El porcentaje de indecisos es bajo, un 11,6%. Entre el votante de Podemos
Sánchez arrasa con un 75% frente a un 7,8% que prefiere a Díaz. En los votantes
del PP, Díaz arrasa con un 75%. Con los votantes de Ciudadanos Díaz obtiene
48,9% y Sánchez un 25,4%. Así, se refleja que el voto conservador claramente
prefiere a Díaz, lo mismo que el progresista y socialista quiere a Sánchez. La
mayoría de los españoles cree que se debería celebrar el congreso pendiente lo
antes posible. Entre el votante socialista el porcentaje alcanza el 70,1% que
pide un “Congreso ya como piden las plataformas críticas”.
Por
lo tanto, al susanismo no les salen las cuentas. Un amigo y compañero dice: “El
congreso no se hará hasta que las encuestas den ganadora a Susana Díaz o al
candidato que ellos designen”. Sabias palabras, porque como se ha publicado:
“La gestora del PSOE estira los plazos”. El Comité Federal del día 14, sólo
dará la fecha “aproximada” del congreso, para que después la gestora maneje el
tiempo a su voluntad.
A
lo que se une otro serio inconveniente, dado que el popular Fernando Martínez
Maíllo ha declarado esta semana que ve a “Mariano Rajoy gobernando 12 años”. De
momento lleva 5 y si fuera como ha
dicho, serían esta y otra legislatura más. Y mientras tanto, ¿qué harían Díaz y
su corte de aduladores?¿qué sería de sus salarios públicos? ¿Andalucía los
podría seguir manteniendo?
En
su momento, Felipe González quiso hacer un partido netamente electoralista y me
temo que Díaz sigue con la misma equivocación, buscando la conversión del PSOE
en un partido de cuadros. En un partido sin militantes y electoralista. Con la
táctica de que cuantos más contrarios a ella se vayan del partido, mejor le
irá. Ya ha dado claras muestras en esa dirección: con los críticos, los
catalanes de Miquel Iceta, las intenciones del diputado sevillano cercano a
Susana, Antonio Pradas, de expulsar a los de la sede pirata de Ferraz.
Como
dice Javier Menezo, en su artículo Partidos sin militantes: “Ganar elecciones
proporciona fondos y docenas de empleos
públicos. ¿Qué ocurre cuando un dirigente no tiene el poder? ¿Cuándo no puede
nombrar ni, lo más importante, destituir? ¿Hay algo que proporcione más lealtad
y sitúe a la gente de tu lado que la posibilidad de que los ceses? Ese es el
temor que hace dudar a Susana Díaz. Si elige Ferraz, más temprano que tarde
debería dejar la Junta de Andalucía, el poder. En el horizonte hay otra piraña
en el acuario: perder militantes por despreciarlos y, encima, no llegar”. Como
a ella le puede ocurrir.
De
un partido sin bases ideológicas se pasa a una opción atrapalotodo, como
Podemos quiso ser. Pero no importa, ella llegará y todo cambiará. Como cuando
los felipistas decían: “Con 10 minutos de TV, González convence a España”. Toda
aquella prepotencia, le llevó a padecer (en diciembre de1988), la histórica y
recordada huelga general del 14-D. Que Susana Díaz no olvide... lo que a su
paisano le pasó.
6.01.2017
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista