Sobre el autor

Mi foto
Zaragoza, Aragón, Spain
Sindicalista de UGT Zaragoza entre 1977 a 2006. Periodo en el que fue uno de los refundadores de UGT Zaragoza, Sº de Acción Reivindicativa de UGT Zaragoza, Sº General de UGT en General Motors España, Presidente del Comité de Empresa de GM España, Sº General de UGT Metal Zaragoza, miembro del Comité Confederal de UGT y formó parte del Comité Europeo y Mundial de General Motors .

miércoles, 11 de enero de 2012

La España triste y sumisa de Rajoy

Todo huele a camposanto. En cada consejo de ministros nos quieren acercar más a la tapia mortuoria... dispuesta con la puerta abierta. No tienen humanidad. Su signo es el negro derecha, la mantilla, la limosna laboral. Mejor que imploren con lágrimas que reivindiquen con orgullo. No dejan soñar con un país feliz para los jóvenes, los viejos, de todos. “La realidad es más dura de lo que pensamos”, remachan sin cesar.

El globo popular se ha pinchado en cuatro días. En el debate de investidura a Mariano Rajoy solo le faltó hablar alemán. En consecuencia, la supervisora bancaria alemana, la vara del sur, Angela Merkel, se ha sentido halagada y reforzada en su función; con lo que los especuladores bancarios alemanes, españoles, siguen estrujando el dinero público sin separarse de su filón. El partido popular iba a solucionar la crisis solo con que Rajoy mostrara el palmito y su estilo por La Moncloa (eso es estilo y no el que tenía el otro, he oído decir en mi autobús de barrio trabajador); pero resulta que no es así, que han engañado a los inocentes votantes que no son de su clase, debido a que la situación económica sigue cayendo, como una bola de nieve que se desmorona.

El Estado cada día recauda menos por la inactividad general, sube el paro, sigue bajando la bolsa, la prima de riesgo de la deuda soberana ronda los 380 puntos básicos (3,8 puntos porcentuales), en clara escalada hasta la mayor cima de la inoperancia. El estancamiento económico del país es casi total, la recesión gana enteros para acomodarse en el primer semestre de 2012; y, quizá por tanto tiempo, como la derecha gobierne en España y en la Unión. Así de clara y de penosa es la realidad política que le toca padecer a la izquierda, por culpa de sus torpes dirigentes y su mala cabeza como votantes.

Esta crisis nunca se vencerá con la receta económica restrictiva de austeridad, recortes e incremento de impuestos a los trabajadores y jubilados hiriendo más el consumo, como está haciendo el PP. Con ella solo lapidarán el Estado del bienestar. Para vencer el mal, son precisos los estímulos financieros públicos de la izquierda y dejar de gobernar para la banca, como hacen los gobiernos neoliberales: alemán, francés y español. Ante lo cual, urge lograr que una mayoría progresista gobierne Europa, mientras en España va pasando el mandato del gobierno popular, con la esperanza de la implantación en 2015 de un gobierno socialdemócrata de verdad. En esta idea hay que trabajar, dando el PSOE el primer paso, ofreciendo a la sociedad un partido renovado, democrático, fiable, que sabe lo que quiere y con quien o para que esta.         

El actual, esta siendo un gobierno con un presidente fantasma que, solo aparecerá en alguna noche clara sin lluvia, para no mojarse e intentar volver a ganar las siguientes elecciones. En su lugar se presenta la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, subida en altura y de dramatismo en su silla, como si fuera la “dama calambres” por los chispazos que da; como el de la congelación del Salario Mínimo Interprofesional (641,40 euros-mes), que es una auténtica vergüenza nacional y europea. Lo que esta señora dice yo no lo creo, porque debe tener la cabeza llena de decretos leyes y normas del Estado; pero no trasmite señales de sensibilidad social. Mi ordenador se comporta como ella, siendo solo una simple maquina repite los datos sin equivocarse, aunque no tergiversa o engaña.

Señalar también, que  por su demagogia y dramatismo ficticio, merece mención especial la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Bañéz, dado que ha dicho: “Nos han dejado un país en ruina económica y en ruina social”. Pues mire usted, la ruina económica nos la dejo la política del ladrillo de su partido y la especulación financiero-bancaria de la gente de su condición. Asimismo, los trabajadores junto con las clases media y baja van a estar más arruinados en 2.012 con el PP, que el año pasado lo estuvieron con el PSOE. Al menos serán entre un 5%-10% más pobres; por el incremento reciente de los impuestos y las nuevas tasas que el Gobierno pronto decretará, como el incremento del antiprogresivo IVA. A la vez que estas mismas personas, vivirán peor servidas por el Estado, por la infinidad de recortes sociales que el gobierno popular tiene previsto imponer en sanidad, dependencia, educación, jóvenes, desempleados. El retraso y la ruina en España siempre los ha traído la derecha. Esta política también debería recordar que, como se dice en la red: “Gracias a la izquierda vive en democracia”.

De todo se ha de extraer que, en las recientes elecciones, el PP y Mariano Rajoy, han mentido descaradamente a los españoles, como lo han venido haciendo en todos los procesos electorales; con triste recuerdo en el de 2004, cuando estando en el Gobierno negaban la autoría de los yihadistas en el salvaje atentado del 11-M. Aquella mentira fue horrorosa y la de ahora fatídica. Lo que han dicho en sus ocho años de oposición, ha resultado ser una auténtica farsa. En contra de lo que prometieron: Le piden permiso a la canciller alemana para desayunar, no se van a la cama sin desearle las buenas noches; el Presidente no coge un avión para ir por la eurozona, a defender e imponer políticas ventajosas para la nación; suben impuestos, las pensiones las incrementan un punto por un lado y les restan 2 o 3 con el IRPF; no han logrado mejorar en nada el desarrollo económico, como cabalmente se intuía. Su gestión esta siendo la de que los españoles andemos para atrás a ciegas, perdiendo a cada paso poder adquisitivo y derechos adquiridos. 

Por consiguiente, la estrategia política popular es, imponer en la sociedad la idea de un caos financiero público, generado por el gobierno socialista anterior, como justificación a los desmanes recortistas y privatizadores del dogma ideológico del PP. No se van a esforzar más. La trama va a consistir, en convertir a los españoles en ciudadanos temerosos, tristes, sumisos, sin criterio propio; resaltando la necesidad de sus negativas decisiones gubernamentales, obligados por los desmadres y el despilfarro heredado.               

En todo caso, resulta insólito el que este mensaje necio y partidista esté ya haciendo mella en los ciudadanos. Todos saben que la gran deuda española es la creada por la banca y el capital privado, siendo la pública inferior a la media de la eurozona. Sin embargo, una corriente somnífera recorre el país dejándolo dormido y soñando con las gaviotas del PP. Las cuales hacen decir: “Bueno si todo está tan mal, algo habrá que hacer”. Algunos feroces críticos de Zapatero, ahora parecen corderitos del portal de Belén. Es como si un tsunami de temor hubiera invadido el país, llevándose la coherencia junto con el espíritu de justicia y de lucha.

Lo cual me preocupa soberanamente, porque los trabajadores también están perdiendo impulso reivindicativo, pudiendo llegar a no reclamar lo que legalmente les corresponde por miedo a perder el empleo, por las directrices catastróficas que se dan. Esta conversación real entre un amigo abogado y un cliente, refleja lo que ocurre: “¿Esto me corresponde? Sí, claro, lo tienes ganado, ¿pero lo vas a reclamar? No, no me atrevo”.  ¿Qué se debe hacer? La solución es sencilla, imponerse a las circunstancias con arrojo como el movimiento obrero ha hecho siempre, en todas las partes del mundo. A los trabajadores nunca los han acobardado, siempre nacían ramificaciones que se imponían al temor incluso con riesgo de su vida, por llevar la bandera de la justicia social y de la libertad. Ahora hay que hacer lo propio, trabajar lo que corresponda pero siempre en pie, con la frente alta.

Así las cosas, se puede llegar al extremo de que delegados sindicales y comités no pidan a la dirección la documentación económica de la empresa, para conocer su solvencia y viabilidad -tal como lo ampara la legislación-, haciendo dejación de sus derechos y obligaciones de representación; tan solo por no molestar al gigante que podría estar herido, cuando si fuera así, sería más necesario documentarse para poder curar la lesión. Se podrían paralizar las denuncias de abusos e incumplimientos pactados, eliminar las demandas a los tribunales, no pedir jamás incrementos salariales, no ir al medico ni coger nunca la baja, romper los convenios y los pactos de empresa, incrementar voluntariamente la jornada, para complacer las fobias de gandules de la canciller alemana que nos vigila con el palo y la hucha llena.

Pero sobretodo, lo que nunca puede decaer es el estado de ánimo y la moral de los sindicalistas y del sindicato como tal. He oído decir a dirigentes sindicales que “nada se puede hacer porque la gente no sigue” y esa expresión no me gusta nada. Me cabreo y revelo cuando la escucho. Nunca ha sido fácil, sacar adelante con éxito las movilizaciones y las huelgas. En la fábrica de GM España hicimos una huelga de 14 días, acudiendo siete trabajadores a la primera asamblea general externa y más de 5.000 a las últimas. Con razón, carácter y constancia, se rompen las barreras de la apatía y fluye la unidad de las trabajadoras y los trabajadores, aumentando la fuerza y el valor del hecho sindical. Nada está perdido. La justicia social renace siempre, porque la grandeza de su fin, rebasa y se impone a las mentes políticas obtusas.


11.01.2012                                                                                               Fernando Bolea Rubio
                                                            Sindicalista