A las puertas del Congreso Federal del PSOE que, elegirá a la nueva dirección del partido, dos candidatos pugnan por ocupar la secretaría general. Un compañero experimentado y una compañera valerosa. Los dos son buenos candidatos. Yo apuesto por los dos. En el sentido, de que ambos deben continuar juntos, llevando consigo el vencedor a la vencedora o viceversa, porque eso sería propio de ideas socialistas e integradoras.
Ahora los afiliados, simpatizantes e infinidad de españoles piensan, sobre cual de las dos personas será la mejor para dirigir el socialismo. ¿Carme Chacón o Alfredo P. Rubalcaba? De momento, no hay más candidatos ni seguramente los habrá, con peso suficiente. Con lo trastocado que está el partido, la máquina no da para más. Esta es una de las cruces que hay que llevar, en la procesión de liberalización y democratización de las estructuras internas y en sí, de la resurrección ideológica socialista-socialdemócrata de nuevo, del viejo PSOE. De entrada, una ligera sombra de suspicacia externa cubre a los aspirantes por su vinculación ministerial con el zapaterismo, actualmente tan contestado. En todo caso, no hay que ser fundamentalistas. Yo mismo escribí en el artículo: Presidencialismo e ideología superficial “Ninguno de los que han sido sus ministros debería ser candidato a sucederle”. Y en otra ocasión, ante las elecciones del 20-N: “De lo malo, mejor como futuro presidente Rubalcaba que Carme Chacón”.
Sin embargo, las circunstancias cambian los deseos. Demostrando, que la sucesión tenía que venir de la propia estructura del aparato dirigente, porque el partido está tan bajo de prestigio y de facultades organizativas reales, que hacen inviable la formación de nuevos candidatos surgidos a su voluntad. Así de mal esta todo. ¿Será ese vínculo con ZP, una rémora electoral en el candidato resultante de cara a las legislativas que han de venir? Seguro que sí. Se partirá por tanto, con una herencia reprobada que pesará en el ánimo de los votantes e influirá negativamente en el resultado, si el candidato designado no recobra pronto la credibilidad del partido, junto con el favor de los electores más avanzados y progresistas del país.
Dicho lo cual, a mi me parece que recuperará más fácilmente la confianza y el impulso perdido Chacón que Rubalcaba; debido a que éste, ya tuvo su oportunidad como cabeza de lista en los comicios del 20-N, sin haber mejorado en nada, el descalabrado porcentaje del 15% de votos perdidos, que desde el inicio de la campaña electoral predecían las encuestas. Por tanto, volver a repetir la experiencia en 2015 sería una temeridad, una decisión suicida. El propio Alfredo debería ser consciente de ello, renunciando llegado el caso a esa posibilidad, dejando el espacio libre para que nuevos candidatos y candidatas con proyección de futuro, disputen dentro de dos o tres años las primarias previas, a las que la base militante aspira.
Por descontado, siempre que desde lo alto no se torpedee esa básica elección, impidiendo su realización que, de todo puede ocurrir, con ese aparato de jefes oficialistas tan bien engrasado que existe, siempre bajo el control del number one que ostenta el poder. Así, ¿quién sería más fiable para cumplir con el compromiso de las primarias: Chacón o Rubalcaba? Sin dudar del todo del segundo, yo pienso que la primera. Siento pensarlo, pero si el exvicepresidente gana el congreso, yo no lo veo a los cuatro días sometiéndose a unas elecciones primarias que, en el caso de perderlas, lo podrían apartar de la carrera política para siempre.
Por lo cual, si no procede que Rubalcaba sea de nuevo el candidato socialista a presidir el Gobierno de España, para que tiene que ser él mismo secretario general del PSOE; si ostentando esa condición, culturalmente con la praxis de la organización, se tiene que ser el candidato a la presidencia o dimitir. Aquí no es viable la bicefalia, con dos cabezas mandando, una en la calle Ferraz y otra en la Moncloa. Si los candidatos la llegaran a defender, su discurso no sería creíble. Diré más, por el apoyo de la estructura, yo creo que Alfredo puede ganar sin gran diferencia el congreso; lo mismo que considero que, en unas primarias entre los dos, la triunfadora sería Carme con sustancial ventaja sobre él. Produciéndose este hecho insólito, porque en las primarias votaría toda la afiliación que lo deseara e incluso hasta los simpatizantes si así se aprueba; no solo los 972 delegados del 38 Congreso que entre el 3 y el 5 de febrero se reunirán en Sevilla.
Pero, si se ve que se va a perder o como baza para ganar más holgadamente, en el mismo congreso los contendientes podrían proponer medidas descabelladas. Por ejemplo, todas las personas que hablo entienden que Rubalcaba no debe ser de nuevo el candidato a la presidencia del Ejecutivo; aunque sobre la mitad de ellas, lo apoyarían para ponerlo al frente del partido. Y, como esta idea puede estar muy extendida entre los congresistas; Alfredo podría anunciar directamente en el pleno congresual, que si obtenía la secretaria general, renunciaría a ser candidato a la Presidencia del Gobierno. Dando paso a otra persona (como Chacón) para que lo fuera y divulgando el mensaje, de que él permanecería poco tiempo como primer secretario. Todo con la finalidad de suavizar los votos más recelosos. Pues bien, ¿y con eso que se iba a ganar? Sólo se quitaría un tiempo preciso al o la líder posterior, que debe recopilar desde el principio la fuerza de toda la estructura orgánica, para vencer al PP a la primera oportunidad. Esa sería una propuesta muy contraproducente para el partido y lo que en sí ha de volver a representar.
En las elecciones pasadas del 20-N, ante el repentino anuncio de José Luis R. Zapatero de no ser candidato en las mismas, se tuvo que avivar la suplencia y parecía lógico hacerlo con la persona de más alto rango de su gobierno, dado que con él se esperaban mejores resultados electorales y no había tiempo para hacer otra cosa. Por eso, Rubalcaba se imaginaba entonces mejor candidato que Chacón, al ser esta más desconocida, no se sabía bien su trayectoria, debía fortalecer su liderazgo, carecía de un programa aparente. Pero ahora todo ha cambiado y el escenario es totalmente diferente. Ya no es necesario que Rubalcaba esté en la primera línea de salida. Ese lugar lo debe ocupar a la mayor brevedad, la nueva persona que a medio plazo sea capaz de levantar el partido y la moral de la izquierda. No hacerlo así, sería una gran equivocación con una pérdida de tiempo imperdonable.
No obstante, nadie debe ir a la hoguera. Cabría incluso, la presentación de una candidatura conjunta encabezada por Chacón. Desde luego, el PSOE no debe prescindir nunca de unos compañeros con la preparación y valía política de Alfredo P. Rubalcaba y Carme Chacón, asignándoles en cada momento funciones propias de su nivel. Lo mismo que se ha de valorar óptimamente: Los servicios prestados por Alfredo al PSOE, su vida de entrega al partido y a la gobernabilidad del país, su labor antiterrorista como Ministro del Interior, el haber aceptado presentarse como cabeza de cartel en las últimas elecciones, cuando todo hacía pensar que estaban perdidas de antemano.
Carme Chacón es catalana. ¿Y que? ¿Acaso Cataluña no es España? ¿Para que sean válidos los candidatos tienen que ser madrileños, o de alguna otra zona del agobiante nacionalismo español? cuando ha sido Chacón, como ministra de Defensa, la persona del Gobierno anterior, que más veces ha tenido que gritar ¡Viva España! ¿No era Ángela Merkel de la República Democrática Alemana, de Alemania del Este, del otro lado del Muro de Berlín; y ahora es canciller de Alemania y ya de Europa entera? ¿Es mejor que nos gobierne una alemana que una catalana? ¿Que tonterías son esas? ¿Que recibirá fuertes críticas por su procedencia? Sin duda, la ultraderecha española es tan ridícula y demagógica que hace astillas la barca mejor pintada. Mas, el socialismo español lo que nunca ha de tolerar es, que grupos intransigentes y provocadores le marquen la agenda y decidan sobre sus dirigentes.
De cualquier manera, Carme es internacionalista como ella mismo ha afirmado y le inculcaría su indomable abuelo anarquista aragonés -de Alcubierre, y monegrino como yo-, que fue su auténtico icono político. Hasta le contaría como mi abuelo me contó, las andanzas del bandolero de su pueblo: El Cucaracha, el Robin Hood aragonés, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Mariano Gabin Suñén (1.838-1.875) fue, el primer revolucionario de la Comarca de los Monegros. Así que menos estrofas raras, que esto no es la tragedia griega, para tener que ofrecer políticos catalanes a los dioses de la incomprensión y la virulencia.
26.01.2012 Fernando Bolea Rubio
Sindicalista