Cuando el país tenía esperanza, se hablaba de mejora
continua, formación continua, conceptos fundamentales para el desarrollo
empresarial y social; pero hoy, en desesperanza, solo se habla del caos
económico continuo que se sufre. El Gobierno lanza bulos interesados, tratando
de ocultar el agravamiento de los indicadores económicos que es incapaz de
mejorar. Mientras la nación se prepara para recibir el próximo nuevo castigo,
el de 2013, una nueva andanada de recortes sociales, salariales, de más
despidos, marginación, de visitas a los bancos sociales de alimentos, a la
basura... para comer.
El anuncio gubernamental de las cifras de déficit, parece
el cuento de nunca acabar. En el ejercicio anterior, la Administración modificó
la cifra de déficit tres veces, desde el 8% inicial que anuncio en febrero
hasta el 9% que Bruselas aprobó en octubre. Este año el desfase puede ser
mayor, el Gobierno ha salido en febrero con un déficit del 6,7% en 2012,
encubriendo que en realidad es del 9,9%, un 0,9% más que en 2011, contando el
rescate bancario como se sabe. Conociéndose en marzo, la segunda trampa de
Hacienda, al descubrirse que aplazo los reembolsos tributarios de diciembre a
enero; lo que rebajó unas cinco décimas la desviación presupuestaría de 2012,
siendo ésta en realidad del 7,2% y no del 6,7% como afirmó. Demostrándose, que
el déficit de Rajoy superaría al de
Zapatero sin el retraso de las devoluciones, tal como el diario El País informó.
Con esas ocultaciones tramposas, el Presidente Mariano
Rajoy pasó la prueba del debate del estado de la nación, con el mensaje de que
aquí se acaba lo malo ante la pronta llegada de las luces de la recuperación,
de la música y del baile continuo. El Presidente presumió de haber evitado el
rescate país, llegando a decir, “España ya tiene la cabeza fuera del agua”,
“hemos dejado atrás la senda del desastre”. Mas la alegría triunfadora duró
poco. Unos días después, el 22 de febrero, la Comisión Europea mantuvo su
pesimismo sobre la evolución del PIB español; emplazando al Gobierno a hacer
nuevas reformas, dado que el agujero fiscal no mejora, al vaticinar números
rojos para todos los trimestres de este año. Dice que serán al menos dos años y
medio de recesión y que la tasa de paro escalará al 27% en 2013. Anunciando
además, que la recesión será del 1,4%, aplazando así la recuperación a 2014,
con un crecimiento del 0,8% insuficiente para crear empleo.
Según el Gobierno, los primeros signos positivos para la
economía llegarán en el segundo semestre de 2013, para empezar a crear empleo a
finales de año. El Ejecutivo cuenta con una caída del PIB de apenas el 0,5% (un
0,9% menor que la Comisión), una recuperación del 1,2% en 2014, con un descenso
del paro al 24,3% este año y el 23,3% en 2014. Si, bien, con los datos de
Bruselas esa posibilidad se disipa. En concreto, dos versiones económicas con
una realidad indudable, viene una recesión aún más profunda en 2013, un paro
más elevado y un déficit que no cae a pesar de los recortes; al hundirse cada
día la recaudación pública, por la política del Partido Popular de austeridad y
sin estímulos keynesianos de crecimiento. A excepción, de las ayudas públicas
fijadas por la compra de vehículos.
Ahora bien, el castigo aún puede ser mayor, al
vislumbrarse 2013 como uno de los peores años del crack del 2008. En todo caso,
que a nadie coja desprevenido. José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney,
augura una tasa de desempleo superior al 28% basándose en una caída del PIB en
2013 del 2% (en 2012 fue del 1,3%). En consecuencia, si en 2012 por cada punto
inferior del PIB, se perdieron por la reforma laboral 587.000 empleos -tal como
quedó probado en el anterior articulo-, en 2013 podrían ser 1.174.000. Si el
año pasado se perdieron 850.000 empleos, en este serían 324.000 más, superando
en total la monstruosa cifra de 7 millones de parados, remontando desde los 6
actuales.
Una decena de expertos señalan que Bruselas -y por
supuesto el Ejecutivo español- se equivoca al imponer recetas de austeridad que
provoca un sufrimiento innecesario a los ciudadanos europeos. “La política
macroeconómica de la Eurozona es un desastre” (Paul de Grauwe). “Al norte no ha
llegado la crisis y no es consciente de que hay países que se están ahogando”
(Luis Garicano). “Esta gente ya ha hecho un daño tremendo y todavía tienen
poder para seguir haciéndolo” (Paul Krugman). “Parece que la Comisión funcione
totalmente dependiente de los intereses a corto plazo de los bancos y con un
análisis de la situación muy torpe” (James Galbraith). “La austeridad excesiva
con el euro como camisa de fuerza es contraproducente” (Desmond Lachman). “La
Comisión se ha estado engañando a si misma con la ilusión de que las reformas
estructurales que ha defendido pueden impulsar la economía en medio de una
caída en picado de la actividad que, por supuesto, se ha agravado por las
medidas de austeridad que ha forzado. Europa necesita urgentemente una
estrategia de crecimiento para reactivar la economía” (Dani Rodrik). “La
austeridad crea recesión. La Comisión no reconocerá que esta política impide
acabar con la depresión” (Charles Wyplosz). “Cuando el capitalismo finalmente
sucumba, lo hará por los estrepitosos brindis de los que estén celebrando su
victoria final sobre personas como Keynes” (Joaquín Estefanía, citando a
Nicolas Wapshott).
Ante tantas verdades, varias preguntas se imponen: ¿Qué
clase de políticos y partidos tenemos en España y en Europa que, están
permitiendo el descomunal deterioro social que se aguanta, sobre todo en los
países del Sur, por la recesión y las políticas de contención equivocadas? ¿Se va a permitir llegar a siete millones de
desempleados, con la boca medio cerrada y con mareas contestatarias de colores
y sin suficiente ideología de izquierdas, que solo hacen cosquillas?
¿Continuará 2014 con otro millón de parados más, pasando de 7 a 8 y de allí a 9
o 10 en los años siguientes? ¿Cuándo se va a cambiar la loca política económica
del Ejecutivo, para parar los millones de parados anuales que se avecinan? ¿Van
a tener los trabajadores y la clase media un partido político progresista en
que confiar? ¿Cómo es posible que el PSOE permita con tanta pasividad, que el
Gobierno maltrate a sus principales capas de votantes, quitándoles el trabajo,
el Estado del bienestar, sus derechos, llevándolos a la miseria más absoluta en
muchos casos? ¿Los sindicatos tendrían que responder con más ahínco y firmeza?
Sin duda, sí.
Si no se pone remedio pronto, saliendo la población en
tromba a protestar, con buena organización y sabiendo para qué, el estado
social seguirá desmembrándose sin freno; lo mismo que irá cayendo el país, ya
que la economía especulativa influirá en ello al no tener enfrente una política
capaz que se lo impida. La población española esta sufrimiento un calvario, sin
ver ni una chispa de luz salvadora, ni tener una sustancial herramienta
política que la defienda. ¡Que inicialmente se deje el partido socialista al
servicio del pueblo, abandonando rápidamente sus cargos los jefes que hay
ahora!
Acaba de salir desafortunadamente a la palestra el súper
ideólogo de Angela Merkel, Hans-Werner Sinn, con la afirmación de que “España
tendrá 10 años más de crisis y una devaluación interna del 30%”. Mantiene que
la oleada de austeridad no ha hecho más que empezar. Ha declarado que: “No hay
que hacerse ilusiones con el dolor que viene. Será duro. Las devaluaciones
internas pueden ser crueles. Pero si algún país cree que va a ser demasiado, se
puede salir del euro”. “Aconseja germanizar España, trasladar el modelo alemán
a todo Europa. Esa es la única posibilidad”. ¿Pero qué pretende este caballero
norteño, destruir a los sureños hispanos del todo? Con 6 millones de
desempleados y 10 años más de crisis, no quedaría ni un trabajador en activo.
Sin embargo, desde la política por que nadie ha criticado esas provocaciones.
Ordena salir del euro, como si la moneda fuera suya y fuese el dueño de su
destino. Para empezar, que Alemania se españolice si quiere y nada más. Sé por
experiencia, que a los españoles los alemanes no tienen que enseñarles nada.
Algún día lo sabrán. No nos dejemos intimidar, por esas gallinas económicamente
ciegas.
14.03.2013
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista