Para berrinches los de la izquierda española. Los niños se
cabrean, lloran; pero con una caricia, al momento se olvidan de su vocifero y
se ríen a pierna suelta. Usted se enfada con su pareja, si bien como el amor es
mayor, pronto los furores se disipan. Si los hijos hacen una pifia, sus padres
refunfuñan y no callan, aunque por cariño les vuelven a dar la propina. Sin
embargo, cuando las diferencias ideológicas o partidistas nos separan, no es lo
mismo. En la izquierda, las caricias y las efusiones amorosas son duras e
insensibles como una piedra. Se coge un enfado y se guarda por un año, dos; una
legislatura, dos; si no son tres, dejando de ir a votar.
Y claro, esta irritación tan prolongada, me parece
asombrosa, algo anormal, demasiado severa, algo cainita. Más, cuando dejando
perder a los tuyos, tú pierdes con ellos; ganando la derecha lo que les das, al
no votar a tu gente. Lo que utilizará en contra de ti, hermano trabajador. En
2011, por la alta abstención de los votantes socialistas ganó el Partido
Popular.
Yo estoy enfadado también, por qué negarlo. No obstante,
mi enojo es racional, práctico. A mi voto le quita ilusión, pero no dejo de
emitirlo. La derecha es hipócrita en sus formas, no se irrita con su equipo. Ponen
buena cara, lucen su sonrisa helada -ahora les han aconsejado que se rían
mucho-, cumpliendo la máxima de a sus políticos no debilitarlos nunca. Los
consideran un brazo económico más de su negocio. El escudo que los protege,
ante las injustas políticas de la desigualdad. Los que les diseñan su dorado
paraíso de vida, amparan sus fortunas y sus bancos, pagando el pueblo sus malas
practicas.
Nosotros con nuestra clara pureza, somos honestos y
luchadores para que la izquierda cambie lo que no gusta. Pero ese castigo tan
despiadado, resulta ineficaz, pagando las clases populares después, las graves
consecuencias y vejaciones de la derecha. Yo propongo: protestar, votar y
seguir protestando. Si es poco un día, diez; pero sin perder la razón
principal. Se ha luchado mucho, para arrancarle a la tiranía española el
derecho al voto. No lo quememos
inútilmente. Los jóvenes son los primeros que tendrían que ir a votar y con la
misma alegría que al poderlo hacer, lo ejercíamos nosotros. La mejor forma de
defender ese derecho es votando masivamente. Con la mente clara y disfrutando
de lo que se hace. Si la juventud no se reactiva políticamente, se dejará
perder la democracia, o esta será light.
Posiblemente, el futuro del Partido Socialista Obrero
Español sea consecuencia de tres mujeres que me gustan. Susana Díaz en
Andalucía, presidiendo la mayor comunidad. Elena Valenciano en Bruselas, con
influencia política e interés en hacer gestión socialista. Y, quizá, Carme
Chacón, como candidata en las Elecciones Generales, en el caso de ganar las
primarias, si se hacen. ¿Ella será mejor que los demás candidatos en liza? No
lo sé. Tiene temple, pienso que es una líder, esta muy preparada tanto
intelectual como políticamente, da signos de ser verdadera socialista, tiene clara
la unidad de España con las diversidades que le son propias, por edad encajaría
perfectamente, ya ha desempeñado altas responsabilidades del Estado y conoce
sus entresijos.
Todo con el inconveniente, de que se sentó en la mesa del Consejo de Ministros
de José Luis Rodríguez Zapatero, por ser este objeto de iras de votantes por su
giro político hacia terrenos impropios, que les lleva a la abstención o a
elegir otro partido. En las elecciones primarias del PSOE, hay que esperar a
conocer quienes serán finalmente los candidatos, estimar sus méritos e
intenciones y decantarse por uno. Yo apoyaré al candidato o candidata
socialdemócrata, socialista, que más se comprometa con el cambio social y
económico a realizar. Y al que mayores posibilidades tenga de ganar las
elecciones a Mariano Rajoy, al PP.
Por descontado, iré a votar disfrutando de su festividad e
importancia. Eduardo Madina, tampoco me disgustaría, si finalmente decidiera
postularse. Carme y él o él y Carme, serian un magnifico tándem electoral y de
dirección del partido. En su momento, el modelo Felipe González-Alfonso Guerra
fue determinante, para que el PSOE alcanzara todas las metas partidistas
imaginadas, gobernando el país con continuas mayorías. Debería pensarse en algo
así. Sin descartar a nadie por haber sido rival en el proceso de primarias, o
en ellas haber defendido a otro competidor. El socialismo no puede perder a sus
máximos valores políticos, por circunstancias internas. Todos serán necesarios
en una u otra responsabilidad, tanto de partido como de gobierno, o en
instancias del Estado.
Además de todo esto, hay que sacar del Gobierno a los
malos gestores del PP, por necesidad vital. En el último trimestre, el
crecimiento de la industria fue cero. Nuevamente la deflación inquieta, al volver
la inflación a tasas negativas en febrero, al situarse en el -0,1%. Habiendo
sido en enero del +0,2%. La inflación ha de ser del 2%, para que la economía
vaya bien. 2013 se cerró con una caída del PIB del -1,2%, cuando se necesita no
bajar sino subir a más del 2% para crear empleo. Y de llegar al menos al 3%,
para que se pueda pagar la deuda. 3% menos 1,2%, igual a 4,2 puntos de
diferencia.
En suma, con la austera economía de paralización de la
derecha que, no genera recaudación: ¿Cuándo llegaremos a ese porcentaje, si en
el cuarto trimestre del año pasado, la economía española solo creció el 0,17%?
¿Imaginamos que ocurriría si el empleo siguiera sin crecer lo suficiente y la
deuda no se pudiera pagar? Esta es la realidad y el trauma de la economía española.
No la falaz y electoral versión gubernamental, de que el árbol da peras como
melones. El premio Nobel de economía 2001, Joseph Stiglitz, declaró ayer:
España se encuentra en una “depresión” peor que la crisis de 1929. Y siendo
así, el Gobierno la oculta pretendiendo además que se piense lo contrario.
Querían que los hijos de los pobres no pudieran estudiar y
lo están consiguiendo. La gente sufre dolores y pone su vida en peligro, por
las actuales largas listas de espera de la Seguridad Social, e igual les da.
Por favor, impidamos el presente descalabro social e inhumano, yendo a votar.
Rajoy será peor recordado que Zapatero.
En el pasado debate sobre el estado de la nación, Alfredo
Pérez Rubalcaba, le censuró a Mariano Rajoy sus artículos racistas de 1983 y
1984. De cuando era diputado gallego y presidente de la Diputación de
Pontevedra y escribió, en El Faro de Vigo, afirmando que la desigualdad era el
origen de la libertad, preconizando que los hijos de “buena estirpe” eran
superiores a los demás. ¿Qué se puede esperar de un tipo fatuo que piensa así?
Todo lo peor. ¡Que no repita! Coge el voto... por tu bien.
7.03.2014 Fernando Bolea Rubio
Sindicalista