Ante
tantas pérdidas sociales y calamidades laborales, el PSOE tiene que empezar a
comprometerse seriamente con los españoles, adquiriendo compromisos
gubernamentales de verdad, si quiere ganar las elecciones a partir de ahora.
Así lo hizo en su día y le fue bien, el expresidente socialista José Luis
Zapatero, al prometer retirar las tropas españolas desplegadas en Irak, si
ganaba las legislativas de 2004. Como base de partida, lo que se ha de asegurar
es, que se repondrá lo perdido en sanidad, educación, derechos, mandando a la
chatarra las tijeras recortistas de bienes sociales; a la vez que se anula la
reforma laboral, ministra Báñez, para que los trabajadores vuelvan a respirar y
sentirse vivos.
El
Partido Socialista tiene que levantar el ánimo de la gente, llevando el
sentimiento socialista entre las
máquinas de las fábricas, de los campos cultivados, de los negocios de toda
índole, sobre las mesas de los autónomos, si quiere llegar al corazón de los
españoles y ganar. El PSOE es la única ilusión que aún queda, porque con el PP
todo es miseria. Y, en verdad, con una advertencia. Si lo que llegara a
proponer después no lo cumpliera, sería además de un infame engaño, una nueva
decepción tan mayúscula para muchos votantes socialistas y progresistas, que
seguramente perdería su simpatía definitivamente. Se trata de recuperar
confianza, no de perderla inútilmente si el socialismo no es fiable. Por tanto,
hay que hacer promesas, pero teniendo firmeza y agallas para cumplirlas.
Precisamente,
si el desempleo es la principal desdicha de los españoles, esta desgracia
social debería ser la que más atención política requiere, yendo los primeros
compromisos socialistas en esa dirección. No se trataría de volver a prometer
800.000 puestos de trabajo como los socialistas hicieron en 1982, ni los
2.500.000 que los populares anunciaron en 2008. Cifras que se incumplieron. La
promesa ha de ser más real para que sea efectiva.
Así,
la Confederación Europea de Sindicatos (CES), con UGT y CCOO al frente, piden
un “plan Marshall” para crear empleo en la Unión Europea (UE), que en mi
opinión esta muy bien hilvanado. Consiste en que se destine el 2% del PIB
europeo anual (250.000 millones de euros), para dinamizar el tejido productivo
y el mercado laboral. En diez años supondría crear once millones de empleos en
Europa, dos millones en España y entre 70.000 y 80.000 en Aragón.
¿El
dinero? No es problema. Si para el rescate bancario español ha habido hasta un
4% del PIB, para esto que es más necesario también lo tiene que haber. Y no
forzosamente de dinero público. ¿Dónde se puede pescar? Donde hay pesca. Solo
del que tiene se puede sacar. Que se habrán con una reforma fiscal justa y de
verdad las grandes compuertas del dinero, hoy bloqueadas con el hormigón armado
de la sinvergüencería del fraude y del miedo político existente, para que
fluyan los canales de inversión y progreso. Únicamente con empleo y dinero para
poder comprar, se superará esta mal enfocada crisis financiera, con efectos devastadores
en muchas personas y empresas. Sí el dinero lo generan los grandes negocios,
que sean los primeros en cebar el anzuelo para que luego se pueda comprar lo
obtenido.
Algunos
pasos ya se están dando. El PSOE propone la creación de una “troika social”
para que mida los efectos de los recortes en la UE, que estaría formada por
miembros del Parlamento Europeo, la Comisión Europea y los agentes sociales
patronales y sindicatos. Esta de acuerdo con el plan Marshall sindical, con
80.000 millones para políticas de crecimiento. Más inversión en I+D+i (parte
del plan Marshall). Mayores fondos para el banco de inversiones (plan
Marshall). Un impuesto sobre transacciones financieras. Mutualización de la
deuda: repartida y asumida por los Estados. Lucha contra los paraísos fiscales
en la UE. Política industrial para alcanzar el 20% del PIB (en Aragón ya se
supera). Triplicar el fondo para el empleo juvenil, hasta los 21.000 millones
de euros. Cuadruplicar el fondo europeo contra la pobreza. Modificación de los estatutos
del Banco Central Europeo (BCE) para que la creación de empleo sea una de sus
directrices. Junto a otras medidas.
La
candidata socialista, Elena Valenciano, presentó estas propuestas en la
conferencia: “El futuro social de Europa organizada por UGT. Ella pidió
asimismo un “pacto de progreso social”, considerando que no hay que ceder ante
quienes quieren instalar el dogma neoliberal del fin del Estado social. “Hay
que poner el mercado al servicio de la sociedad y no al revés”. Si la
socialdemocracia no gana las elecciones europeas (el 25 de mayo), “luego será
tarde”, afirmó.
¿Hay
programa? Por supuesto que sí. Solo faltan votos. Y, una respuesta
participativa, que debería ser alta y en dirección socialista, para que se
produzca el cambio político que la actual Europa neoliberal y conservadora
necesita. Teniendo presente, que para lograr ese fin, el socialismo tiene que
ser fuerte y claro en todos los países de la Unión, sin florituras
desorientadoras innecesarias que no benefician al proyecto. Se dice que el
socialismo no ha encontrado su camino. A veces pienso que puede ser así, porque
da la sensación de que no se sabe salir de las terceras vías, con sus intentos
de unir liberalismo con socialismo, yendo directos a la desorientación y al
aislamiento. “La única diferencia actual entre liberales y conservadores, es
que los liberales van a misa de cinco y los conservadores van a misa de ocho”,
dice el coronel Aureliano Buendía en el libro: Cien años de soledad, del
querido y admirado Gabriel García Márquez que
acaba de fallecer.
Sobre
su libro: “Ser hoy de izquierdas”, por una izquierda moderna y eficaz, el
diputado y secretario ejecutivo de la Comisión Federal del PSOE, Juan Moscoso,
declara: “La izquierda debe olvidar el discurso de clases”. Pero, ¿por qué?.
¿Por qué quieren echar a votantes del partido? En medio de una campaña
electoral y en la situación de debilidad en que se encuentra el partido, no
procede introducir esta polémica. Todo el mundo sabe que el Partido Socialista
ya no es marxista, por ello el discurso de clases ya está olvidado y no figura
como programa máximo de nadie. Sin embargo, amigo, el sentido de clase es un
sentimiento intocable y a ningún socialista viejo o joven, se le puede quitar.
Ser de la clase trabajadora es un orgullo, al que no se renuncia nunca. Yo no
lo haré jamás.
Al
no hablar de clases, tendríamos que hablar de “capas”. La capa alta, la capa
media, la capa baja. La verdad es, que no me imagino a los lideres de los
sindicatos, dirigiéndose ayer a miles de trabajadores al final de la
manifestaciones del 1º de Mayo, diciéndoles: La capa obrera, la capa
trabajadora, la capa empresarial. Anda... ¡torea ya! les dirían. Hay culturas
que no se pueden cambiar, ni procede tocarlas, porque se han hecho eternas.
¿Acaso se puede borrar de las mentes portuguesas, la canción “Grândola, Vila
Morena” de la Revolución de los Claveles del 25 de abril, de ahora hace 40
años?
En
el epílogo del libro de Moscoso, Felipe González dice: “Hay que repensar el
camino de la izquierda democrática en un mundo que ya cambió”. Pero no con mi
consenso, ni el de mucha más gente, lo que nos permite admitirlo o no. La
socialdemocracia es justicia y cambio para bien. Todo lo puede cuestionar y hay
que hacerlo. Tal como oído en la SER: “El capitalismo está desmadrado”, y
con paños calientes no se revertirá su
avaricia. Por lo demás, el libro no esta mal, es ilustrativo. Aunque en
general, no estoy de acuerdo del todo con él, debido a la flojedad ideológica
que trasmite.
Hace
dos días, El País titulaba: “España toca fondo con la destrucción de 2.000
puestos de trabajo al día”. Según la encuesta de población activa (EPA) del
primer trimestre, en España hay 5.933.300 desempleados, la tasa de paro es del
25,9%; con 148.400 en Aragón y un porcentaje del 22,85%. Pero nada, para el
Gobierno “la recuperación va sobre ruedas”. En el PP cuanto peor les van los
datos económicos y más caen en las encuestas electorales, más mienten. Para la
portavoz parlamentaria socialista, Soraya Rodríguez: “Este es un Gobierno de
mentirosos”. Todos los días lo podemos constatar. Llegó al Gobierno con mentiras y se irá mintiendo.
“Sin
empleo de calidad no hay recuperación”, fue ayer el lema de UGT en la Fiesta
del Trabajo. Precioso, ¿verdad? Esto es pasión sindical que, me gustaría que
fuera también, sentimiento y corazón
socialista.
2.04.2014
Fernando
Bolea Rubio
Sindicalista