El Partido Popular ha ganado las
elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo (24-M), con un porcentaje
del 27%; aunque perdiendo cerca de dos millones y medio de votos respecto a
2011. Con ese desplome electoral, ha perdido infinidad de mayorías absolutas,
lo que generalmente le impedirá gobernar si no recibe el apoyo de Ciudadanos
(C´s); al ser prácticamente nula, su capacidad de entenderse con los demás
partidos. El PSOE, con un 25%, ha sido el segundo más votado y el primero de la
izquierda, recibiendo así un respiro electoral, a pesar de perder casi 700.000
papeletas; aún habiendo recuperado muchas en los últimos nueve meses, desde que
Pedro Sánchez dirige el partido.
Podemos (PO) y C´s no han
alcanzado los porcentajes que les daban las encuestas. En ellas, no se
reflejaba el voto oculto del PP y PSOE que -en comparación a las de marzo-, ha
sido de un 5%-6% mayor respectivamente. Dándose en definitiva, entre PSOE y
PO un vuelco a favor de la izquierda, si
ésta se sabe entender, de lo cual dudo bastante.
La primera lectura que hay que
hacer es, que cuando se gobierna en contra de los intereses de los trabajadores
y las clases populares eso se paga electoralmente. Le pasó al expresidente
socialista, Rodríguez Zapatero, en 2011, como consecuencia de su reforma
laboral socialmente incomprensible y otras medidas. Y, le ha vuelto a ocurrir
al PP, en 2015, también por su aún más salvaje reforma laboral, más los
recortes en sanidad, educación, dependencia y de todo tipo. Ahora, los dos
partidos están igual de mal, en un empate técnico al 25% de votos. Que ambos
tomen buena nota, para que disparates sociales como éstos, no los vuelvan a
repetir.
Sin embargo, al tratar de
conquistar la torre del castillo en las inminentes elecciones generales de
noviembre, los socialistas partirán en mejor posición si Pedro Sánchez es el
candidato; al ser el nuevo líder, por haber sido elegido Sº General por la
base, hace tan poco. Mientras los populares no tienen hoy ni votos ni dirigentes;
debiendo afrontar en primer lugar, una renovación interna en profundidad.
Eligiendo un nuevo inquilino para La Moncloa, ya que el actual, Mariano Rajoy,
es un político pasado que huele a fracaso, o a desaparición del partido;
siguiendo el conocido procedimiento de Unión de Centro Democratico (UCD), o
sea, a base de enfrentamientos e infidelidades.
A Mariano Rajoy la izquierda ha
de apartarlo democráticamente del poder, porque se le puede llamar el
“Presidente de la pobreza” y hasta “del hambre”, puesto que muchos españoles e
incluso niños y niñas la pasan; sin que las administraciones populares atiendan
estas necesidades básicas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE),
hecho público el día 26: La población en riesgo de pobreza o exclusión social
crece hasta el 29% (era del 26,1% en 2010), porcentaje que equivale a unos 13,6
millones de ciudadanos. Con incapacidad
de mantener la vivienda a una temperatura adecuada, no poder afrontar pagos
imprevistos, retrasos en el alquiler o la hipoteca, no tener coche, teléfono,
lavadora o televisión. El 16% tiene serias dificultades en llegar a final de
mes. El paro juvenil elevado y vergonzoso. Las negativas expectativas de
trabajo en la juventud, teniendo que hasta emigrar para vivir. Las políticas
que han conducido a este caos son: La mala política económica, el haber herido
de muerte la negociación colectiva, la inestabilidad laboral, los bajos
salarios, no poder consumir, la facilidad de despido, la pérdida de derechos
laborales, al quedarse los asalariados desprotegidos.
Así, el populismo más que la
izquierda -al arrastrar aquel capas de jóvenes e indignados-, ha podido
derrumbar al PP en estas elecciones. Pero se ha de saber que, al margen de
España, en Europa los movimientos populares no gobiernan. Lo hace el
centroizquierda o el centroderecha y en algunos casos juntos, cuando la
diferencia ideológica entre una y otra tendencia es poca, como ocurre en
Alemania. Ya veremos como estos movimientos novedosos resultan aquí. En los
países desarrollados, los populismos se dan en partidos de derecha y
ultraderecha, mientras que aquí parte de lo nuevo que se dice es, que se han
copiado en nuestro bando. De tal manera que, formar gobiernos con mayoría de
izquierdas y estabilidad política, durante toda la legislatura no será
sencillo, por lo siguiente.
En la campaña electoral no me ha
gustado, por la incoherencia y la poca fuerza organizativa que demuestra, el
que en algunos sitios los partidos hayan ocultado sus siglas. Destacando en la
publicidad la palabra “populares” más que PP, o Susana Díaz por encima de PSOE.
¿Ha dado vergüenza mostrar los orígenes? cuando los valores socialistas y de
cada cual no hay que perderlos nunca. Asimismo no me ha gustado, el que las
ideologías se escondan, como Podemos hace, siendo muchas y muchos de ellos
marxistas y diciendo hasta la saciedad “que no son de derechas ni de
izquierdas”. La gente así no es fiable y a mí no me gusta. ¿El fin justifica
los medios?
¿Pero como un marxista puede
decir tamaña tontería? Un buen socialista no lo diría nunca. Yo jamás. Es
patético. Si se hace para ocultar las ideas, con el fin de manipular buenas
voluntades, apareciendo como lo que no son para obtener sus votos; sería un
engaño de personas deshonestas y manipuladoras, dando motivo para que los
sujetos que lo hagan sean desenmascarados públicamente hasta apartarlos de la
política activa. En estas circunstancias, pueden resultar inestables los
acuerdos de gobernabilidad que los socialistas puedan hacer con ellos. Por eso
pienso, que vamos a entrar en una temporada de gobiernos a prueba, que sólo el
tiempo dirá si son factibles. En caso de no serlo, lo aprovecharía la derecha,
para presentarse electoralmente como los paladines de la estabilidad política
para obtener votos.
En la campaña, el sentido común
de los ciudadanos ha clasificado las ideologías, del siguiente tenor: PP-C´s
derecha, PO izquierda, PSOE centro izquierda. Habiendo un inconveniente mayor,
al no coincidir el porcentaje ideológico de los españoles, con las coaliciones
que los partidos pueden hacer. Cuantificando de “0 a 10”, siendo la cifra baja
extrema izquierda y la alta extrema derecha, los españoles se sitúan en el 4,58%. En el centroizquierda del PSOE,
medido éste en un 4,46%.
Dándose la circunstancia de que
los socialistas no tienen pareja para bailar, debido a que al PP se le da un
8,18% y a Podemos 1,62%. A día de hoy se piensa que C´s pactará con el PP, pero
a mi me parece que le iría mejor a medio plazo, hacerlo con el PSOE, bajando
primero el alto porcentaje derechista que se le supone, no superando el 6%, para
quedarse en el centroderecha. Si los españoles son de centroizquierda, tendrían
que tener gobiernos de la misma condición. Un gobierno PSOE-PO, con cifras
ideológicas tan dispares del 4,46% y 1,62% ¿puede ser duradero? Que se haga la
prueba y se sabrá. Será un éxito si todos ponen mucho de su parte, no olvidando
que los electores lo quieren así.
Sería una gran equivocación de la
izquierda, el que Podemos y Ciudadanos por cuestiones tácticas, no se quisieran
hacer la foto de gobernabilidad con los socialistas antes de los comicios de
noviembre. Se debería evitar la frase “lo viejo y lo nuevo”, dado que es un término
despreciativo para la política, porque ella no es ni vieja ni nueva, es
simplemente política, ni más ni menos que la que se tiene que hacer en cada
momento.
El objetivo de la izquierda ha de
ser, quitarle al PP el poder y después saber mantenerlo... Si lo consigue,
habrá ganado.
29.05.2015
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista