La legislatura se termina, pero quedan por dilucidar
tragedias y cabos sueltos sustanciales en el momento actual. La principal
desdicha es, por supuesto, el estado de las personas que provenientes de la
guerra de Siria, de Irak, claman poder ser refugiados en países europeos
seguros, principalmente en Alemania. Todo como consecuencia del horror y
sufrimiento que padecen, debido a las dictaduras, al fanatismo religioso yihadista
e intereses armamentísticos, petrolíferos, de todo tipo. Así es, provenientes
del infierno antihumano que en esas zonas se da, una marcha vergonzosa para la
humanidad recorre Europa en busca de auxilio. Miles y miles de personas,
fundamentalmente jóvenes, familias con niños y viejos que, solo quieren vivir,
huyen de la muerte, porque solo tienen una
alternativa: Vivir o morir. Ellos dicen: “Venimos de la muerte”.
El mar se esta llevado enormes cantidades de vidas,
en la emigración económica y en ésta,
como la del pequeño, Aylan Kurdi, ahogado y recogido en una playa turca;
que, conmocionó al mundo y fue el acicate que movió las conciencias europeas.
Aunque el efecto está siendo efímero, porque después de bonitas declaraciones
que parecían solidarias, nuevamente las vallas, la policía y el ejercito están
protegiendo las fronteras húngaras que estaban siendo el principal lugar de
paso a la Unión Europea (UE). A la vez, que dejan a seres humanos tirados e
imbuidos en su desesperación, pasando hambre, sin agua, ni atención medica.
Simplemente, como si fueran animales salvajes, despojos de la humanidad. En
Europa a los perros se les trata mejor. Bruselas quiere distribuir a 160.000
refugiados en todo el bloque comunitario, en el que vivimos 500 millones de
habitantes, si bien esa cifra será insuficiente.
España no ha de olvidar ahora ni nunca que, en 1939,
al finalizar la guerra civil, aproximadamente 500.000 republicanos tuvieron que
cruzar los Pirineos, también para que la protección francesa les permitiera
seguir viviendo. Entre estas personas estaba mi padre, que gravemente enfermo
se escapó del campo de concentración en el que estaba retenido, para pedir
auxilio en una casa de campo; cuya familia de labradores franceses, aun
corriendo riesgos, lo ocultó y le salvó la vida. ¿Ahora nosotros seríamos
capaces de hacer una cosa así? Tenemos que serlo. Preguntándonos muy en serio,
¿qué está haciendo mal la humanidad para que setenta y seis años después de
aquello, el mundo siga igual de salvaje y continúen ocurriendo las mismas
calamidades humanas? De momento, la canciller alemana, Angela Merkel, esta
dando altas muestras de humanidad que la
honran.
Hay que hacer que los derechos humanos se respeten
en todas las partes del mundo, con el firme convencimiento de que las
religiones no pueden ser jamás motivo de discusión, enfrentamiento y muerte.
Sabiendo que el mundo es diverso y que entre nuestros vecinos también se ha de
dar esa diversidad. Europa no es de los blancos, ni de los negros, es de todos
y unidos tenemos que convivir. Enardeciendo temores de invasión, se fortalece la
ultraderecha excluyente, como el profesor, Julián Casanova, la denomina.
Debiéndose saber que en el futuro, la Unión Europea va a necesitar veinte millones de personas y
que algunos de los países que pueden estar en entredicho: Albania, Bosnia,
Macedonia, Kosovo, Montenegro, Servia y Turquía, son candidatos a adherirse a
la UE pudiendo acabar entre nosotros y circular libremente por Europa
protegidos por el espacio de Schengen.
La Farsa Catalana
La Farsa Catalana
El proceso separatista de Cataluña, más que otra
tragedia simplemente será un cabo suelto, sin que Mariano Rajoy y Artur
Mas lo sepan ni lo puedan atar. Porque ambos por rentabilidad electoral, van
montados en dos tigres locos, a los que el pueblo catalán frenará. En mi
opinión, en las elecciones a la Generalitat del 27 de septiembre, los partidos
independentistas no obtendrán mayoría absoluta, ni en votos ni de escaños, para
proclamar la independencia del Estado español. De lo contrario, los catalanes demostrarían que
eran unos insensatos y no creo que lo sean. Y, si no es así, el resultado será
tan ajustado que, siendo posible o no esa triste azaña, en ambos casos, la
única salida realista tendrá que ser negociar, con un diálogo abierto y con
políticos nuevos, dado que los interlocutores históricos están quemados y se
han de cambiar.
Sin embargo, en ambos casos Mas quiere ganar. Hace
unos días le insinuó al candidato socialista, Miquel Iceta, que en realidad
hacía tanto ruido para tener más fuerza cuando llegara la negociación. ¿Esto es
propio de un político serio, ejerciendo una responsabilidad tan grande como la
que él tiene? En concreto, que si sus tesis oficiales triunfan habrá ganado, y
si fracasan según él también, dado que el caballero de la sonrisa eterna,
intentará no tener que dimitir, agarrado a la estelada de la negociación. Pero
claro, con tanto griterío y sentimiento derramado, ¿se podrá parar el caballo
fácilmente? Lo veo difícil, cierto es, aún teniendo claras algunas ideas clave.
Por ejemplo, estos días ha corrido mucha tinta por
si a Cataluña había que concederle o no el término nación. ¿Qué sea nación o
no? ¡Que más da! Sólo son palabras. En vez de autonomías en Alemania se llaman
Estados y tienen menos competencias administrativas que en el Estado de las
Autonomías español; sin que nadie considere, que el país esté dividido o roto.
Josep Borrell ha escrito el magnífico libro: “Las cuentas y los cuentos de la
independencia”, en el que demuestra con claridad, la falsedad del mensaje de
los 16.000 millones que los nacionalistas dicen que aportan al Estado,
rebajando esa cifra como máximo a 3.000, sin que España les robe ni les quiera
robar nada.
Pero ya vale de implorarles para que se queden. Si
se van... que con su pan se lo coman y que les siente bien. Aragón lo ganaría.
18.09.2015 Fernando Bolea Rubio
Sindicalista