En el Partido Socialista está pasando, lo que nunca
debió ocurrir. En las elecciones generales del 20-D, después de las malas
perspectivas electorales que se le daban y de Pedro Sánchez obtener un resultado “bastante digno”. De pronto en
el PSOE, se han desatado las más bajas ambiciones e instintos, queriendo
relevar a Sánchez como secretario general y de candidato al gobierno de España.
Todo ello, ocultando a la persona que se piensa para sustituirlo, aunque se
intuye que sería la presidenta de la Junta, Susana Díaz; o el manejable barón,
que ella estime. Puede resultar, que lo hecho sea solo un nuevo capricho del
sur; o dada su fuerza orgánica, una simple tarjeta amarilla para que Pedro
recuerde que es mortal. Pero de todas maneras, lo que está sucediendo no es serio ni propio de
socialistas, amén de demostrar una incoherencia total con los principios de la
socialdemocracia y del partido.
Sí Susana Díaz quiere dar el salto a Madrid, para
ocupar las más altas jerarquías políticas, que no se esconda y que lo diga. Que
en las elecciones primarias, que obligatoriamente tendría que haber, los
militantes del partido ya decidiríamos si nuevamente preferimos a Pedro Sánchez
o a ella. Él fue elegido por los afiliados en voto secreto y hasta que ellos no
lo digan... ¡no se toca! Desde luego, Susana o su hipotético candidato con mi
voto que no cuenten, porque como dice el lema: #YoconPedro. La ofensiva que se
ha iniciado es tan sumamente grave, que si Pedro Sánchez y los afiliados no lo
evitamos, el PSOE irá por el camino de la desaparición, como al Pasok le
ocurrió en Grecia. Debido a que los ciudadanos asisten atónitos y los afiliados
hondamente molestos a esta guerra interna que nadie comprende, propia de
juventudes socialistas, o de críos y crías en la pubertad. Al Partido
Socialista lo quieren suicidar, mas muchos lo impediremos y no lo
conseguirán.
Recién acabadas las elecciones con la dificultad de
formar el Gobierno, y con fundadas razones de que las mismas se tengan que volver
a repetir, es inaudito, de poca cabeza y de muy mala intención, que Susana Díaz
y las federaciones más críticas -Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana,
Castilla-La Mancha-; tengan como fin, cambiar al secretario general y
candidato, Pedro Sánchez, dejando al Partido Socialista sin cabeza orgánica y
electoral. La presión del sur y de los
barones de las comunidades mencionadas, en una primera estrategia pudieron
pretender que Pedro se asustaran y dimitiera voluntariamente; pero han dado en
hueso y en vez de eso les hace frente, sin variar en nada su posición. Para la
comentarista de cadena SER, Mariola Urrea, “lo mejor de Pedro es que no se ha
sometido a los caprichos andaluces”.
¿Y todo para que? ¿Sólo por el afán de decir,
quítate tú que me pongo yo? Pedro ha demostrado que es el mejor líder y candidato que el PSOE
puede tener ahora y en mucho tiempo. ¿Acaso Susana piensa que, solo por el
hecho de ser ella, obtendría de los electores más votos que Sánchez? En
Andalucía quizá sí, pero fuera de allí lo dudo. El cambio que se pretende, a nivel
estatal podría ser un auténtico fracaso. El dejar de envolverse en la bandera
andaluza como ella hace y hacerlo con la española, tiene un recorrido muy corto
y en mi opinión daría poco de sí. Los discursos de Andalucía, Andalucía,
Andalucía; o los que haría, de España, España, España, a mí no me gustan y a la
mayoría de los españoles tampoco. Miguel Ángel Aguilar dice: “Susana suma
ambición e impaciencia”.
Pero claro, la barbaridad que se esta haciendo ¿es
solo un capricho más del sur o se trata de un propósito con intenciones
inconfesables? Según Ernesto Ekaizer: “Susana quiere pasar a Pedro por la
derecha”. Tal como comenta, Federico Castaño, en Vozpópuli: “La operación
Susana consistiría en liquidar a Pedro Sánchez, investir un candidato del PP y
superar el desafío soberanista”. Soledad Gallego-Díaz afirma: “El primer
objetivo es desalojar a Pedro Sánchez del partido, del gobierno, de la
oposición y de donde haga falta”. Asegurando: “La recién elegida secretaria
general, Susana Díaz, daría su apoyo condicionado a Rajoy durante dos
años”. Soledad dice también, que
“algunos barones han enfriado su posición a la vista de la furia y del encono
personal con el que Díaz plantea ese relevo”. Cuanto empeño, verdad. ¿Qué y
quien habrá detrás?
Que cada cual haga su propia deducción, sin olvidar
en ningún momento que los grandes capitales están en movimiento continuo. Acaso
una vez vista la inutilidad de Ciudadanos y de Albert Rivera para recuperar los
votos perdidos por el PP, ¿se está utilizando a Susana Díaz para que complete
la operación permitiéndoles gobernar? Con esa baronesa que después del lío que
armó, salió del Comité Federal riéndose y del brazo del barón asturiano... yo
no descarto nada.
8.01.2016
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista