Después del rotundo triunfo de Pedro Sánchez en las
elecciones primarias, es como si en el PSOE se hubiera utilizado un suavizante
infantil. De pronto los ánimos se han relajado, aparentemente al menos; las
tremendas aspiraciones políticas personales, se han quedado en una tensa calma.
En definitiva, la fractura es menor de lo que se esperaba. El 39º Congreso
Federal del 16-18 de junio, se presenta pacifico y con mayoría sanchista; lo
que permitirá que el secretario general podrá hacer, por fin, una comisión
ejecutiva propia con una mayoría afín. Sí todo sale bien, se habrá dado el
primer paso para llevar a Pedro a la Moncloa, lo cual es un avance
impresionante que, gracias a él y a los afiliados, el socialismo español ha
escrito en los libros de historia.
Así, las encuestas empiezan a recoger el cambio que
se esta produciendo. Conocemos dos, una de El País y otra de ABC que, aunque
ninguna es fiable por su procedencia, van marcando la tendencia al alza del
Partido Socialista de Sánchez, dado que ambas sitúan al PSOE a menos de 5 puntos del PP. La última le da al PP un 30,7%
y 127 diputados (10 menos); al PSOE el 25.9% y 100 diputados (15 más); Podemos
17,8% con 56 diputados (15 menos); Ciudadanos 15,4% y 41 diputados (9 más).
Viéndose en ella claramente, que lo que el PP pierde lo recoge Ciudadanos, lo
mismo que el PSOE acumula la caída de Podemos. Apenas hay cambio de voto entre
bloques ideológicos. En la izquierda hay trasvase de un millón de votos de
Podemos al PSOE, siendo la suma de ambos la misma 156 diputados.
En la de El País, el PP obtendría un 25,9% y el PSOE
el 22,8%, 3,1 puntos menos. Un 10% de los que votaron a Iglesias lo harían hoy
por Sánchez. La mayoría de españoles (54%) aprecia su vuelta al liderazgo
socialista y el partido consolida el segundo puesto detrás del PP, alejándose
del sorpaso de Podemos.
Espero y deseo que todo este avance favorable, sirva
para abrir los ojos a los barones y a los Felipe y compañía para que vean y
analicen el partido tal como es, sin volverse a equivocar. Aún quedando
lastimosos residuos, como la frase de Susana Díaz al perder las primarias: “Ni
me rindo, ni entrego mis armas”. Ni el eterno resentimiento del perdedor de
oficio, Eduardo Madina, que no soporta quedarse atrás, después de haber
fracasado en dos primarias con Pedro.
Ahora se habla de que volverán a intentar el derribo de Sánchez dentro
de dos años; pero en mi opinión es solo palabrería, porque no tendrán nada que
hacer, debido a que la nueva socialdemocracia que se va a hacer lo impedirá.
El segundo paso en el camino a la presidencia del
Gobierno, Pedro lo dará cuando se convierta en el líder indiscutible de la
izquierda, habiendo situado a Pablo Iglesias en el lugar que según la analítica
política debe desempeñar, que será menor al que ahora tiene. Con la moción de
censura que ha presentado a Mariano Rajoy, demuestra una vez más quien es. Un
oportunista, celoso de Sánchez, que desearía ocupar su lugar en vez de estar
cayendo cada día más. Con esta moción, Iglesias trata de imitar a Felipe
González, que con su moción de censura a Adolfo Suárez en 1980, se dio a
conocer como hombre de estado lo que le permitió ganar las elecciones en 1982.
Sin embargo, un líder no se hace imitando a otro líder, se hace siendo uno
mismo y diferente a los demás.
Sí me han parecido muy oportunas las palabras del
buen sindicalista, Toni Ferrer, ya jubilado y destacado sanchista al afirmar:
“Los cambios no van a depender solo de él, sino de una política de alianzas en
la que no solo haya proclamas, sino que hay que mojarse en asuntos concretos”.
El exdirigente de UGT se refiere a Podemos que ha “colocado la moción de
censura como prioridad de su agenda política”. Como ha dicho la valiente,
Adriana Lastra: “Rajoy es censurable pero Iglesias no es presidenciable”.
Presuntamente Iglesias cogió popularidad, como
consecuencia de la pinza del PP y la Sexta-TV, contra el PSOE, al objeto de
dividir a la izquierda para que no fuera alternativa de gobierno. Se ha dicho
que actúa como un auténtico quintacolumnista en los momentos precisos (persona
que sirve a los intereses contrarios del grupo al que pertenece), y si bien no
es verdad se comporta como tal. Recordemos que si Podemos se hubiera abstenido,
en la investidura de Sánchez -en marzo de 2016-, ahora Rajoy no sería
presidente del Gobierno.
Pedro Sánchez ha comentado que se siente “muy
próximo” a los votantes de Podemos, ya que muchos son hijos de socialistas; a
la vez, que le ha dicho a Pablo Manuel Iglesias: “Haz lo que quieras hacer,
pero no me digas lo que tengo que hacer yo”. Para el periodista y escritor,
Ernesto Ekaizer: “La moción de censura es en verdad una maniobra para
perjudicar a Pedro Sánchez porque si ganaba las primarias (como ha hecho)
podría quitarle muchos votos a Podemos”.
En un documento interno titulado: “Éramos pocos y
llegó Sánchez” se llega a decir “ni un segundo de descanso a Sánchez”.
Califican de auténtica amenaza aniquiladora el regreso del exsecretario general
socialista, llegando a comentar que podría intentar pactar una moción de
censura con el PNV y con Ciudadanos. El documento interno de Podemos revela que
su prioridad no es echar al PP sino ganar al PSOE. Hay mucho trabajo por
delante.
Para el asesor económico sanchista, el histórico
Manuel Escudero: “La propuesta económica de Pedro Sánchez es antineoliberal”.
Defienden una nueva socialdemocracia para que el Congreso debata y acoja esta
línea política. Su objetivo básico del programa económico y social se resume en
una frase: “Empleo y salario decente para todos, empezando por los jóvenes”.
Con una Alianza Social de Progreso, en unidad de acción con fuerzas de
izquierda y los sindicatos.
Sánchez ha señalado el camino del PSOE con su lema
del Congreso: “Somos la izquierda... la única alternativa real”. Me gusta.
9.06.2017
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista