La
corrupción, el dinero negro, los sobresueldos ilegales, la más que
probable financiación irregular del
Partido Popular durante veinte años; están haciendo caer políticamente como el
plomo a Mariano Rajoy. “El breve”, porque con mucha seguridad, no será
presidente en la próxima legislatura.
Ni
debe terminar la actual si tiene culpa, por la gravedad de tantas ilegalidades
y vergüenzas. La mala gestión de la crisis, sus recortes sociales, los
destrozos laborales, el paro, la política económica equivocada, le habían
apartado mayormente de los españoles. Pero, las últimas revelaciones, de una
supuesta colaboración sombría con intercambios de SMS hasta última hora, con su
extesorero Luis Bárcenas, hoy en la cárcel, han hecho sonar las alarmas al
unísono. Si políticamente se confirman las sospechas, por desinfección de la democracia, tiene que
dimitir e irse. Y con él, todos los políticos manchados, sean de uno u otro
partido. Ante la corrupción, no caben defensas ideológicas. El que sea un
corrupto, un ladrón, ¡fuera!
A
petición de la oposición, con la amenaza del PSOE de presentar una “moción de
censura” si no lo hacía, más la presión de la prensa local e internacional que
esta escandalizada por el silencio de Mariano Rajoy, con duros comentarios del
Finalcial Times, para que “diga la verdad sobre lo que sabe”. El 1 de agosto,
el Presidente comparecerá en el Congreso de los Diputados (será en el Senado
por obras), para dar explicaciones del caso Bárcenas. Ahora bien, en el
supuesto de que fueran ciertas las arbitrariedades: ¿Él reconocería que ha
cometido ilegalidades? No. Si lo hiciera tendría que dimitir automáticamente.
¿Diría la verdad sobre lo ocurrido? Tampoco. Sellaría su salida. En esas
circunstancias, se limitaría a negar todo, a decir lo menos posible, a
confundir a los ciudadanos con vaguedades y falacias del “y tú más”, de salida
de la crisis, de mejora del desempleo. Quizá se justifique, con el anuncio de
una remodelación de Gobierno. Acaso, pidiendo perdón a modo de lástima. Y
basta. Cayo Lara (IU) entiende, que la comparecencia será una tomadura de pelo.
Yo pienso lo mismo.
Su
estrategia finita sería ganar tiempo. Al
estilo de, decid y publicar lo que queráis, que mientras tanto pasan los
días y yo me mantengo. Pienso que su objetivo se ceñiría a ganar meses para
salvar esta legislatura, o al menos para acercarla lo más posible a su final,
adelantando las elecciones llegado el caso y poco más. Dado que él ya sabría,
que no iba a seguir en la siguiente legislatura.
Si
resplandece la verdad, será a través de los juzgados. Por tal motivo, tratarían
de entorpecerlos para también ganar tiempo e impedir la libre acción de la
justicia. Ya se ha intentado hacer, apartando de la misma al juez Baltasar
Garzón, la alma máter del caso Gürtel y de esta potencial conspiración
corrupta. “¿Dónde están aquellos que en los primeros días después de las
detenciones de Correa, Crespo y compañía se reunían en infame conciliábulo para
acusar al juez que investigaba?”, ha escrito Garzón en El País. Que se tenga presente lo que el PP fue capaz
de hacer, para proteger sus intereses electorales por haber apoyado la guerra
de Irak; al negar la autoría de terroristas yihadistas en la masacre del 11-M,
de 2004, en Madrid, en contradicción con lo que
reveló la investigación policial y judicial, en la que fallecieron 191
personas y 1858 resultaron heridas.
En
esa ocasión, la población rodeó las sedes del PP, en protesta por sentirse
engañada por el Gobierno de José Maria Aznar. Y, la falsedad la pagó cara, por
haber mentido. En contra de los pronósticos, las elecciones legislativas del
14-M, de tres días después, las ganó el joven socialista José Luis Rodríguez
Zapatero, no el popular Mariano Rajoy. Por eso, si este gentilhombre fue capaz
de liderar como candidato tal patraña, en medio de la desolación de el país por
el atentado. ¿De que podría ser capaz de hacer ahora, para evitar tener que
dimitir? En esta hipótesis, cabe pensar de todo. Desde que se haría salir a
Bárcenas de la cárcel con marañas político-jurídicas, como ya han hecho con la
defensa de otros extesoreros. Hasta en que el Gobierno lo indultara, para
evitar que hable más, revelando intimidades económicas del partido, tanto con
la prensa como ante el juez.
De
cualquier manera, conocer jurídicamente alguna verdad, tardaría al menos un
año, lo que estiraría la cuerda gubernativa hasta tres años de mandato, ya
cerca de los cuatro de rigor. Dando pie, al adelanto electoral pronosticado,
que evitaría la vergüenza de una dimisión forzada, de todo un Presidente de
Gobierno de la Unión Europea. A todo esto.
¿La señora Merkel haría algo, para limpiar la política española de
chorizos consumados? Ella fue determinante en Italia, forzando la salida de
Silvio Berlusconi -condenado por abuso de poder- y la llegada del tecnócrata
Mario Monti. Sin embargo, de España no se le oye decir nada en ese sentido. En
su momento, influyó en su partido (CDU) para retirar a su mentor Helmut Kohl,
por financiación irregular, como aquí puede ocurrir. En la Comisión Europea, si
se adivinan indicios de preocupación. Su presidente, José Manuel Duräo Barroso,
le ha preguntado a Duran Lleida -según el mismo ha dicho de viva voz-, “si
Mariano Rajoy iba a caer por este escándalo”. Le ha dicho que creía que no, porque
tiene una mayoría fiel. Después, lo ha desmentido, aunque la información
permanece. El presidente Barack Obama, acaba de retrasar un encuentro con el
presidente Mariano Rajoy. ¿Por qué será?
En
todo caso, el PP necesita a la mayor urgencia un nuevo candidato, un líder de
recambio, para que supla la emergencia que se puede llegar a dar. Así, ya
inician el vuelo las gaviotas del cartel, en busca de alcanzar el máximo poder,
o al objeto de no ser abatidas por los disparos amigos de otras candidatas. José
María Aznar, parece aspirar a todo, para volver a amargar la vida de los
españoles. Esperanza Aguirre, pregona más derecha como alternativa, ¡tela!
Alberto Ruiz Gallardón, el gran beatón, asegura que no será sucesor, ni que lo
sea. La Vicepresidenta del Gobierno, la neófita Soraya Sáenz de Santamaría, se
estudia la lección, a la espera de que la familia Rajoy gane el pulso interno
de la sucesión. Ahí esta, el tecnócrata Luis de Guindos, por si la canciller
alemana lo quiere usar, para repetir el fracaso italiano. En el PP, cuando no
tienen oposición del PSOE, entre ellos solos se arañan. ¡Vaya panorama! El
partido socialista no tiene líder ni de presente, ni de futuro. Y el partido
popular, puede cantar la misma canción.
Como
EL ROTO, dice: “Los pobres se estaban haciendo ricos, por suerte pudimos
pararlo”. Esa es la gran aportación a la sociedad española, de los neoliberales
populares, de la “revolución conservadora mariana”. Ramón Cotarelo, afirma: “El
Partido Popular lo fundó Fraga, que es como si lo hubiera fundado Franco”. Qué
miedo... ¿no? Rajoy ahora se hace el muerto, hasta que el peligro pase. ¿Será
verdad que es un cobarde?
24.07.2013 Fernando Bolea Rubio Sindicalista