Al fin se ha realizado la Conferencia Política del Partido
Socialista, arrastrando tras de sí las peores encuestas conocidas de intención
de voto, con la valoración negativa más ardua del líder del partido. Su
objetivo ha sido, saber que es ser socialista hoy. Su lema: “Socialistas.
¡Conectemos!”. Pero, ¿se habrá conseguido llegar a la sociedad y al 18% de
exvotantes decepcionados que se consideran socialdemócratas y no votan al
partido? El secretario general, Alfredo
Pérez Rubalcaba, dijo a viva voz en la clausura: ¡Hemos vuelto compañeros! ¡El
PSOE ha vuelto compañeros! ¡Somos el PSOE!” ¿Ahora bien, han vuelto también,
los cuatro millones de votos socialistas que se han perdido? ¡No!. Así que,
hasta que los mismos no regresen al hogar, con el turrón de Navidad y, cogiendo
con ganas las papeletas socialdemócratas, el partido estará incompleto. No
habrá terminado de volver. En realidad no habrá vuelto.
¿Hay motivos para volver? Yo creo que sí, mas con algunas
reticencias y sin delirio, porque el dolor de la desilusión tarda en irse. No
obstante, se han encendido focos para alumbrar desde la izquierda, una acción
política más participativa y socialmente mejor. Ya se habla otra vez de volver
a la ruta ideológica y de izquierda, que en 2010 no se debió dejar. En las 384
páginas de la ponencia aprobada en la Conferencia, se recogen ideas,
planteamientos y propuestas interesantes desde el punto de vista ideológico,
económico y social. Lo cual demuestra, que el partido ha tenido oído para oír
las voces que le pedíamos rectificar, con vista suficiente para como se dice,
volver a conectar con la mayoría social progresista de España.
Elena Valenciano, la numero dos ha dicho: “De la
Conferencia sale un PSOE más rojo. Y más morado (feminista). Y más verde
(ecologista). Para Patxi López: “La Conferencia será, salvando las distancias,
un nuevo Suresnes”; haciendo referencia al congreso en la clandestinidad de
1974 en Francia, que aupó a Felipe González a la secretaría general. La
Conferencia de momento es sólo un huevo fecundado, pero como El País ha dicho: “Los socialistas han
prometido una renovación radical de sus propuestas a desarrollar en la próxima
década”. Yo considero que, se ha dado un giro a la izquierda, que de entrada
puede facilitar la creación de un próximo gobierno de coalición PSOE-IU.
Se ha resuelto que el próximo gobierno socialista derogará
la reforma laboral vigente, restableciendo los derechos de los trabajadores y
la sanidad pública universal. Defenderá la educación pública y la igualdad de
oportunidades. Reconstruirá el sistema de dependencia de protección a las
personas mayores. Reforzará desde el consenso el sistema público de pensiones.
Con una reforma fiscal que grave más las rentas del capital que las del trabajo.
Regulando por ley que en una empresa los directivos no puedan cobrar más de
doce veces lo que gana el empleado con el salario más bajo. ¡Que ya está bien!
En los primeros años de sindicalismo en democracia, hablábamos de cuatro veces
más como máximo. En los últimos tiempos, este concepto estaba olvidado como otras reivindicaciones históricas
necesarias.
Siendo para mí muy importante por el arraigo sindical que
tiene, el texto siguiente: “De la crisis del empleo se puede salir junto a los
sindicatos. La renovación del marco laboral hacia la flexibilidad y la
competencia global de las empresas, puede hacerse mediante pacto con las
organizaciones sindicales. Nada lo impide si recordamos que los sindicatos
españoles han acordado desde los Pactos de la Moncloa, centenares de acuerdos,
en la evolución socioeconómica española de los últimos treinta años. La
ofensiva antisindical que sufren nuestros sindicatos es profundamente injusta y
estratégicamente equivocada y torpe”.
Se hacen puntuales referencias a los trabajadores, menos a
sus organizaciones sindicales; si bien de los sindicatos, en tantas páginas, se
dice poco más. Aunque con lo anterior basta. Quizá hayan influido, las huelgas
generales que UGT y CCOO le han hecho a los gobiernos socialistas, con suma razón.
Sin embargo, sería negativo para el PSOE que, desechara la fraternidad
histórica, de la Unión General de Trabajadores, su antigua organización
hermana. Manteniendo asimismo, las mismas magníficas relaciones con CCOO. En
este sentido, el Partido Socialista también tiene que cambiar, acercándose
mucho más a las organizaciones obreras. En las empresas y en las fábricas están
los primero votos a recuperar. Si se habla de trabajadores, se habla de los
sindicatos... porque ellos son sus estructuras representativas. Mencionar en la
ponencia, a los empresarios y a los trabajadores y a los sindicatos no; como se
hace algunas veces, no es apropiado. Parece intencionado.
El exministro, Valeriano Gómez, ha coordinado
magníficamente la parte de economía y empleo. Extrayéndose de la misma: Diseñar
una Estrategia Global de recuperación económica. Impulsar la creación de empleo
de calidad. Que el país sea más productivo, seguro y estable. Reforzar el valor
del trabajo. Modernizar la economía española favoreciendo el cambio de modelo
productivo. Una economía más competitiva basada en el conocimiento. Claves para
diseñar una nueva política industrial en España. Renovación empresarial.
Mejorar la calidad del tejido empresarial. Escasa presencia de empresas de
tamaño mediano y grande. Integración de pymes (alianzas, fusiones, joint
ventures, asociacismo empresarial) para ganar tamaño. Impulsar la RSE
(responsabilidad social empresarial). “Un nuevo modelo de empresa, con una
gestión horizontal, con mayor participación de los trabajadores”.
Evidentemente, la última afirmación es el reto empresarial y sindical por
excelencia, a pesar de que la exposición se queda corta. Debiéndose saber, que
la participación de los trabajadores en la empresa, siempre ha de ser
compensada con empleo estable, u otras mejoras sociales y salariales; para que
sea justa, realista, eficaz.
En mi opinión, el PSOE ha dado un giro al centro izquierda
para ser más, desde su extraña posición, de excesivamente liberal en lo
económico y un discurso social con tintes atrayentes. La eurodiputada Inés
Ayala lo define bien: “El partido vuelve hacia los suyos y ahora hay que seguir
trabajando para recuperar el espacio perdido”. Ideológicamente, se ha de tener
en cuenta, que el socialista es un partido de gobierno y que para llegar a él,
no puede ser más radical que la mayoría de los españoles. Ahora la derecha
política y mediática, ha iniciado la campaña de que el PSOE ha abandonado el
centro, adentrándose en el izquierdismo radical, para herirlo más electoralmente.
Pero no es verdad.
Ante la pregunta de ¿un giro a la izquierda o a la
derecha? Susana Díaz contestó: “Ampliar nuestra base social”. Ella piensa que
la crisis la han pagado las clases medias trabajadoras, por lo que hay que
distribuir la presión fiscal. No comparte que los márgenes son muy estrechos”.
Eduardo Madina dijo allí: “Ser de izquierdas hoy es recuperar los principios de
nuestros abuelos”. Carme Chacón: “No supimos repartir el coste de la crisis,
tenemos un problema de credibilidad”. Patxi López: “Ser progresista es tener
una alternativa a lo que esta pasando”. Tomas Gómez: “Ya es hora de que Botín
pague impuestos y no paguen los de siempre”. Elena Valenciano: “Que esta cumbre
sea el origen de un giro ideológico del partido, tenemos que volver a algunos
principios básicos, la defensa de la igualdad de oportunidades, de la justicia
social, de la cohesión. Mucha gente pensaba que en España eso ya no iba a hacer
falta. Y hace falta”.
José Bono: “Prefiere que el PSOE se entienda antes con el
PP que con IU. Frente a otras voces de los socialistas que han pretendido dar
una imagen de cierto giro a la izquierda, él se siente más cómodo cerca de los
conservadores en los grandes principios y en los momentos difíciles”. Para el
coordinador de la ponencia, Ramón Jáuregui: “La voluntad es ocupar el centro
político, el centro izquierda e instalarse en él, con una izquierda renovada
con vocación de mayoría social, los márgenes son muy estrechos”. Se le
preguntó: ¿Qué es la lucha de clases? Contestando: “Una causa justa del
pasado”. Lo que me decepcionó hondamente, por la ligereza ideológica que
demuestra. Siempre dos almas, la socialista y la socioliberal. Joaquín
Estefanía considera: “La socialdemocracia es antológicamente reformista, no
revolucionaria”. Como ya sabemos.
Concluida la Conferencia, se ha abierto en la práctica la
designación del candidato, para las presidenciales de 2015, por medio de
primarias abiertas, como se acaba de decidir. ¿Cuándo se harán? Seguramente, en
octubre de 2014, porque lo piensa así, Susana Díaz, la nueva baronesa andaluza,
la verdadera estrella política del evento terminado. Precisamente recordaré, a
modo premonitorio, que el partido no es de nadie en concreto, de ningún líder
actual o viejo, ni de poderes orgánicos interesados. El PSOE es del pueblo español, de las clases populares
y medias españolas, que lo necesitan para que se desarrollen sus vidas
respetablemente.
A la socialdemocracia española se le ha puesto a punto,
pero aún ha de llegar la regeneración interna que marcará el punto de
inflexión, para ir recuperando la credibilidad perdida. Con el Partido Popular,
todo es como un manto que tapa e impide la trayectoria de la gente. Con la
Conferencia, nacen signos de libertad y esperanza con luz socialista en la noche
ultraliberal.
13.11.2013
Fernando
Bolea Rubio
Sindicalista