En los partidos minoritarios de
izquierdas, han tocado el cuerno de las aspiraciones políticas y ha empezado la
montería. Dividiendo el cartel ideológico, al ir todos a una contra el PSOE y a
la caza del espacio y los cargos públicos que los socialistas ocupan, pensando
que con sus populismos y demagogias ya han herido a las presas y solo les queda
llenar los morrales. El que la derecha siga gobernando los Ayuntamientos, las
Comunidades, el Estado, les da igual. Ellos van a lo suyo. Deben pensar que
desde alguna concejalía, ya organizarán cuatro protestas en contra del Partido
Popular que seguirá mandando, para justificar su triste paso por la vida.
Así diré, que en el Partido
Comunista de España (PCE) -como en las demás formaciones-, siempre ha habido
entre sus principales, abundante afán de conseguir cargos públicos. En mi
opinión, Santiago Carrillo tuvo que dejar la secretaria general, porque en las
elecciones generales de 1982, esperaban conseguir muchos parlamentarios y solo
obtuvieron 3 (4 con el PSUC), por 202 los socialistas. En las anteriores de
1979, Santiago habían logrado 23. Desde entonces, han ido de un fracaso
electoral tras otro, puesto que el PSOE les ha ganado siempre las partidas; a
pesar, de que han experimentado pruebas electorales continuas.
Primero fue intentar mejorar la
imagen, fundando en 1986, el movimiento político y social Izquierda Unida (IU),
para sacar del desfile al PCE. Sin embargo, las expectativas fallaron también.
Su mejor resultado fue en las generales de 1996 con 21 diputados, por el PSOE
141. En las de 2011, IU se presento junto con 12 fuerzas políticas en la
coalición La Izquierda Plural, obteniendo 11 escaños, por el PSOE 110. En los
comicios al Parlamento Europeo de 2014, toda esa coalición obtuvo 6
eurodiputados, por los socialistas 14. Con estos resultados: ¿Al actual
coordinador, Cayo Lara, le ocurrirá lo mismo que le paso a Carrillo, al que
recuerdo con estima?
En estos años, IU ha hecho varios
intentos para eliminar la opción PSOE, con la intención de ocupar ellos ese
espacio de la izquierda y los cargos correspondientes. El más celebre alentador
de ese soñado desguace ha sido, el coordinador general de1989 a 2000, Julio
Anguita, que en 1979 fue alcalde de Córdoba, gracias a un pacto entre PCE y
PSOE. Él empezó, con su “teoría de las dos orillas”, de una parte el Partido
Popular y el Partido Socialista Obrero Español, y en la otra Izquierda Unida,
como dueña y señora de toda la izquierda. ¡Que bien! ¿Verdad? Continuó, con el
termino italiano “sorpasso” (sobrepasar al PSOE). Y, terminó, aliándose con el
PP de José Maria Aznar, haciendo entre los dos la famosa y vergonzosa “pinza” política al Presidente socialista,
Felipe González, para quitarlo del Gobierno. Ideológicamente fue grotesco.
En su trayectoria de acoso al
socialismo español, es tremendamente significativa la posición de IU en la
Comunidad de Extremadura. Con el PP 32 escaños, el PSOE 30, e IU 3, esta última
formación con sus abstenciones facilita que gobierne la derecha en vez de
permitir que lo haga la izquierda. ¿Acaso piensan que así los socialistas se
caerán al precipicio, renaciendo ellos
como el ave fénix de sus cenizas? ¿Son tan simples que creen, que al formar
ellos el tánden de poder PP-IU, dejando al PSOE en la simple oposición, a los
socialistas se les iban a ir cayendo los estandartes? ¡Que cambien de
estrategia y de posición, porque lo que hacen es una desviación ideológica
innoble! Allí continúan los delirios de Julio Anguita.
En la Junta de Andalucía, se
mantiene bien el Gobierno de coalición PSOE-IU, quizá debido a que la hegemonía
socialista existente, no permite coger aún la fruta inmadura. De todas formas,
esta coalición es fundamental que se mantenga para demostrarle al país las ventajas
de que la izquierda gobierne.
Eso sí, como el movimiento
continuo no para, la nueva oportunidad a favor de fuera el PSOE; a IU se le
presenta ahora, aliándose como lo hace con los populismos emergentes: Podemos y
Ganemos, u otro más si sale nuevo que se podría llamar Triunfemos, o vaya usted
a saber. En el objetivo de cargar contra los socialistas, dejando a la derecha
gobernando -dado que sin ellos eso ocurrirá-, coinciden Tirios y Troyanos y
hasta Julio Anguita les da la bendición apostólica. Lo de ese señor es puro
desenfreno, materia de folletín. Y, por supuesto, la garbosa monja de la que
parece Podemos-Cuatro TV, Sor Lucia Caram, consagra también la milonga.
¿Qué ocurrirá y en que medida,
estos populismos y las posibles alianzas con ellos afectarán a los socialistas
y a la gobernabilidad del País? Yo considero que influirán varios factores.
Uno, que todo sea un espejismo que se diluirá como un azucarillo, al igual que
en Italia ha ocurrido con el movimiento Cinco Estrellas. Dos, el que a la hora
de pactar con unos u otros partidos, el que se imponga sea el que les facilite
más cargos o colocaciones, aún siendo los socialistas. Lo que no ha de
extrañar, toda vez que en la política española, algunos aparentemente
revolucionarios, acabaron pisando moqueta a la primera ocasión que el PSOE les
brindó. Tres, que los movimientos asamblearios que se dotan, los lleven por el
camino de la confrontación permanente contra todo, sin que surja en ellos
ningún atisbo de racionalidad. Cuatro, que los propios dirigentes impulsen esa
línea de conflicto sin fin, sin que nada coherente y común se pueda llevar a
cabo. Cinco, que en un sitio sean A, en otros B, y en común cero. Seis, que
resulten unos de izquierda, otros de derecha, algunos nada y el resto ultras de
aquí y de allá. Siete, que la confusión sea su solución, ya que hasta dicen que
les interesa menos la unidad de la izquierda que la unidad popular. Ocho, que
solo sean unos embaucadores como parecen ser. Nueve, que todo se limite a la
decisión de un tele predicador que tendrá el poder absoluto, como me imagino
que ocurrirá. Diez, que el Partido Socialista y Pedro Sánchez, no se puedan
hacer con las riendas del Gobierno y todo vaya de mal en peor.
Si ocurre alguna de las ocho
últimas consideraciones, los españoles de las clases media y trabajadora lo
vamos a pasar muy mal en la próxima legislatura, que finalizará en el 2019. Por
el hecho, de que seguirá gobernado el Partido Popular, cuando ya ha demostrado
que es incapaz de levantar el país, por lo que se incrementará el sufrimiento
de la mayoría de los ciudadanos. Con el agravante, de que con estas nuevas
izquierdas que se habrán establecido, solo nos quedará sufrirlos durante esos
años, hasta que los españoles los conozcan bien y les dejen de votar. A veces,
lo mejor que puede ocurrir es, que los contrincantes ganen unas elecciones,
para que de modo real la sociedad conozca de verdad su incompetencia. Tener que
pasar por semejante degradación política sería muy triste, aunque posiblemente
no quedará otro remedio. En sindicalismo, existen experiencias muy interesantes
en ese sentido. Queda advertido lo que puede pasar.
Los socialistas creen que el
populista Podemos está “fagocitando” a IU. En el Comité Federal del PSOE, Pedro
ha dicho y se ha aceptado: “Nos tenemos que enfrentar con la idea del
populismo”. A la vez que José Antonio Pérez Tapias, de Izquierda Socialista
afirmaba: “No hay que cerrar puertas por la izquierda”. A mi parecer, el
partido perdió la confianza, mas de ninguna manera ha de perder el respeto. Por
lo que si los populistas los insultan como lo hacen (casta y PP-PSOE lo mismo
es), tienen que responderles con su máxima fuerza, al menos hasta que los dejen
de insultar, considerándolos. En España, no se hubiera asentado la democracia
ni los socialistas hubiesen llegado a gobernar, a no ser por las andanadas
críticas que los entonces jóvenes como Alfonso Guerra, lanzaron contra los
restos del franquismo y la derecha. El partido no debe parecer estar entre
algodones. La política es así.
Hoy en día es más fácil. En
realidad, en Podemos se esta gestando una gran mentira que solo desde la
ignorancia política se puede defender. Todo consiste, en que dos o tres
personas que son muy de izquierdas, aparentan que no lo son para ganar votos,
abriendo las puertas de entrada a la derecha y la izquierda, hasta que el mono
cante llevado por el desengaño del revoltijo y la confusión. Los líderes tienen
que ser coherentes con sus ideas y no lo son.
No obstante, todo este galimatías
en la izquierda se puede evitar si los electores quieren. Basta con optar por
las candidaturas socialdemócratas renovadas del PSOE; llevando al que
seguramente será el candidato, Pedro Sánchez, a la presidencia del Gobierno.
Para así practicar en España y en la medida de lo posible en la Unión Europea,
una nueva política por el empleo de calidad y el Estado del bienestar. Hay
mucho enfado político y con razón... pero a la ópera hay que ir tosidos.
19.09.2014 Fernando Bolea Rubio
Sindicalista