Tomando como excusa, el mal resultado del Partido
Socialista en las elecciones gallegas y vascas del 25-S, se han movido y echado
al monte los barones críticos del PSOE. En Galicia, se ha quedado empatado en
escaños con el segundo partido, siendo el tercero en votos; en el País Vasco,
en cuarto lugar en escaños y votos. Pero se ha de decir, que en Galicia solo ha
habido un pequeño “sorpasillo” en votos, no cumpliéndose las máximas
aspiraciones de En Marea y Podemos del sorpaso total. En Euskadi, los
socialistas competían allí -en unas autonómicas- por primera vez con Podemos,
después de que ese partido dividiera la izquierda al 50%.
Por lo que el resultado no ha sido tan extraño, e
incluso se puede decir que, dadas las circunstancias, el partido ha mantenido
bien el tipo. A pesar, de la vergonzosa campaña de derribo a Pedro, puesta en
marcha por los lúcidos críticos en la última semana de la campaña, con la
intencionalidad de bajar las expectativas electorales para atribuirle la caída
a él. Pues bien, todas esas personas han de saber que, sin Sánchez al frente
del partido, el resultado hubiera sido mucho peor. Y más si alguno de ellos
hubiese dirigido el PSOE. Así, de la baja incidencia, son tan culpables o más
que el secretario general, los que han agitado el árbol para que los votos
caigan. Los socialistas vascos, con socarronería ya les han dado las gracias a
sus colegas andaluces y extrémenos, por su valiosa aportación.
Porque vamos a ver, ¿qué persona de los barones
hubiera obtenido mejores resultados? Acaso, Zapatero o Rubalcaba que son los
principales culpables del ocaso socialista y en gran medida, inductores con su
dejación socialista del nacimiento del 15-M y de Podemos. ¿Guillermo Fernández
Vara, después de sus anteriores más de 15 años de afiliación al PP? ¿Eduardo
Madina, el perdedor de las primarias con Sánchez? ¿El asturiano, Javier
Fernández, al que hay que sacarle las palabras con sacacorchos? ¿El valenciano,
Ximo Puig Ferrer, con sus malos resultados electorales a sus espaldas?
¿Emiliano Garcia-Page, Javier Lambán, por ventura? ¿La andaluza, Susana Díaz,
con la carga de los eres y cuando todo hace pensar que si ella fuera la
candidata, en su comunidad el partido perdería votos y en el resto del país
muchos más?
Todas esas personas dicen que el PSOE no puede
llegar a gobernar con 85 diputados y en consecuencia, Pedro no lo tiene que
intentar, como esta haciendo. Sin embargo, como el periodista, Javier
Valenzuela, escribe en InfoLibre: “El PSOE no puede gobernar teniendo solo 85
diputados, -aunque si lo haga en Aragón con 18 de 67 diputados, en Asturias con
14 de 45 y en Valencia con 23 de 99-, por lo que en consecuencia, debe quedarse
en la oposición”. Haciendo la risa, ellos mismos se descalifican. A los barones
que pisan el charco les salpicará el barro.
A este interesado y despiadado ataque sin razón,
Pedro Sánchez, ha respondido como debe hacerlo, con un órdago a lo grande,
convocando el congreso pendiente con las correspondientes elecciones primarias
a secretario general, para el que quiera se presente. Lo que supone enfrentarse
de cara a esos barones tan locuaces ellos, que los medios tan bien utilizan en
contra del socialismo. Él dice: “Voy a defender un PSOE de izquierdas, unido y
diferenciado del PP. El PSOE debe volver a tener una voz única”. El aragonés,
Javier Lambán, declara: El partido debe retirarse “al rincón de pensar”. Pedro
Sánchez en la SER: “Por que hablan de reflexión cuando en el fondo de lo que
están hablando es de la abstención”, con la que gobernaría Mariano Rajoy y el
Partido Popular. Una reciente viñeta de Peridis, explica muy bien la
disyuntiva, al dibujar a Pedro preguntando: ¿Qué queréis un PSOE de izquierdas
y autónomo... u otro subalterno de los poderes económicos o del PP?
El ataque clandestino de las baronías críticas ha
ido hasta el esperpento y la indecencia, al forzar la señora del sur y sus
acólitos, la dimisión de 17 miembros de la comisión ejecutiva de Pedro Sánchez
para quitarle la secretaría general. El primer rumor de este golpe palaciego,
empezó a conocerse unos días antes, pero el miércoles les faltaban tres
dimisiones para llegar a la mayoría, por lo que utilizaron al neoliberal y
millonario, Felipe González, para que diera la puntilla a la faena; lo que hizo
de muy malas formas, revelando una conversación privada que en junio tuvo con
Pedro. Cuando en política y en todos los ordenes de la vida, una persona seria
y honesta, eso no lo hace jamás, demostrándose la catadura moral de este triste
personaje.
A lo que Sánchez le ha dicho, que él no iba a
desvelar conversaciones privadas de nadie. Añadiendo, que pensaba que González
“estaba en el bando de la abstención”, yo estoy “en el bando del no a Rajoy” y
que le gustaría saber “en que bando está Susana Díaz”. Yo pienso que ella como
el resto de los barones están, en la creación de una comisión gestora, para que
ordene la abstención a Rajoy, sin que ella y ellos se manchen las manos para
evitar quemarse ante los militantes, afiliados y votantes de buena fe. A partir
del día 22, a las 17 horas, todo lo malo que le ocurra al Partido Socialista
Obrero Español, será culpa de Susana Díaz y en el caso de Aragón de Javier
Lambán.
Pero claro, lo que han hecho les traerá
consecuencias, porque como Ignacio Escolar ha escrito: “Sí quieren cortarle la
cabeza, alguien acabará manchado de sangre. Sí sacan de Ferraz con un golpe
interno al primer secretario general del partido por primarias y encima lo
hacen para abrir la puerta de La Moncloa a Rajoy, habrán creado un mártir a
costa de la credibilidad del PSOE”.
Mas, en el fondo de todo, ¿qué está pasando aquí? Ni
más ni menos, que Susana Díaz entiende que la presidencia del Gobierno le
corresponde a ella, por derecho propio y no quiere que nadie le obstaculice el
camino. A la vez que quiere mandar en el secretario general, para luego ir
corriendo a contárselo a las camarillas bancarias, paseándose altanera por los pasillos de las
empresas del Ibex-35; rodeada de 10 o 12 personas afines, como ya hace, y con 3
o 4 cámaras de TV detrás.
Ahora se sabe que, Susana Díaz, para apoyar a Pedro
a la secretaria general, le puso una condición: el que si ganaba se conformara
con ser el secretario general, olvidándose de la presidencia del Gobierno.
Llegó a pensar que Pedro sería su rehén. Cuando no lo fue, le declaró la
guerra.
Con estas desmedidas ambiciones, los socialistas y
los españoles tenemos que vivir. ¡Ánimo Pedro! Un fuerte abrazo.
30.09.2016
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista