El movimiento socialista que Pedro Sánchez impulsa va en
aumento y en mi opinión, ya nadie lo parará. Por lo que cabe afirmar que, el
día 21 de mayo, Pedro ganará las elecciones primarias, siendo a mi juicio lo
mejor que puede ocurrir. Habla en actos llenos a rebosar, cuando en los de
Susana Díaz y Patxi López la asistencia es mucho menor. Al expresidente
susanista, José Luis Rodríguez Zapatero, se le ha visto dirigiéndose a cien
personas. En los socialistas y la izquierda resurge la ilusión interna y
externa, después de años de decaimiento por la política ideológicamente fallida
que se ha vivido.
Renace la esperanza de tener un futuro en el que poder
luchar, con la mejor herramienta para hacerlo, un Partido Socialista Obrero
Español realista dedicándose de verdad a la política que le es propia y
mayormente los afiliados y españoles desean. Con una pretensión sencilla, que
se legisle para ellos, o al menos no en su contra, como demasiadas veces
ocurre.
Díaz decía: “Quiero arrasar en las primarias”. Sin
embargo, los susanistas se llevaron una descomunal sorpresa, por la cifra tan
elevada de avales que los sanchistas presentaron y sin el apoyo orgánico del
“aparato”. Ella 60.231 avales validos, él 53.693. En definitiva, entre ellos se
ha dado un empate técnico, quedando Patxi López relegado a la tercera posición,
con 10.886. Los avales de Sánchez han vuelto a la realidad a Díaz y a sus
barones amigos que, en el Comité Federal de 1 de octubre pasado, forzaron a que
Pedro Sánchez saliera de la secretaria general del PSOE. Se han asustado tanto
al ver que pueden perder las primarias, que los jefes susanistas y sus
satélites afines, se han lanzado en tromba para inútilmente tratar de cambiar
la trayectoria del aire purificador.
Ya recorre las TVs, el llegado del Partido Popular,
Guillermo Fernández Vara, poniendo en duda las elecciones primarias. El diario
El País -en cuyo consejo editorial esta Rubalcaba-, con unos sucios artículos y
editoriales desde el punto de vista de la objetividad, tituló el día 6:
“Primarias para que” y el 10: “Corbyn, Hamon, Sánchez... el abismo”, cuando la
culpa de todo lo que les ocurre a los laboristas ingleses y a los socialistas
franceses y españoles no la tienen ellos, los candidatos actuales; sino las desviaciones
cometidas por los líderes anteriores. Han recogido avales con procedimientos
antisocialistas y mezquinos de amenaza, yendo uno por uno, para no dejar
rastro, pero todo se sabe; sin tener en cuenta, que los avales son públicos y
el voto del día 21 secreto. ¿Así quieren ganar?, emborronando la pizarra
perderán más.
En Diario 16, Juan Antonio Molina, publicó un buen articulo titulado: “A un sector del
PSOE le estorba el socialismo. Cuando Abel Caballero afirma que el PSOE no es
de izquierdas sino socialdemócrata” -como si no fueran lo mismo- “o Felipe
González confiesa que él en cuestión de valores va ligero de equipaje o Susana
Díaz declara que acercarse a las bases no es democratico, algo nos dice que hay
un sector del PSOE donde lo que verdaderamente estorba es el socialismo”.
Y así, la realidad se va imponiendo. La candidatura de la
presidenta de La Junta de Andalucía está preocupada, porque no logra quitarse
la “etiqueta de candidata del Ibex y de las elites del país”.
Sí es de agradecer que, Iñaki Gabilondo, critique con toda
razón a, Felipe González, en la Cadena SER, por apoyar activamente a Susana
Díaz, porque podría haber templado los ánimos amortiguando los choques y
tendiendo puentes”. Y según él, “ha arruinado esa posibilidad al intervenir de
forma activa, casi agresiva, a favor de una de las partes”.
Si Susana ganara, estoy seguro de que ésta sería la última
vez que en el Partido Socialista se celebraban elecciones primarias, votando
los afiliados para elegir a los candidatos. Lo que no ocurrirá, porque hasta en
el semanario Tiempo publican: “Que a día de hoy, Susana Díaz es, de los tres
candidatos, la que menos apoyo tiene entre los votantes socialistas”. Quizá
esta señora no sepa que, una retirada a tiempo es una victoria.
En Francia el socialismo da risa. El 7 de mayo, en la
segunda vuelta, Macron ganó a la ultraderechista Le Pen por un 66%-33,9%, por
lo que la Unión Europea respiró tranquila. Incluso, el socialista y último
primer ministro, Manuel Valls, se ha emocionado tanto con el resultado, que se
ha ido del Partido Socialista diciendo que esta muerto, cuando él es uno de los causantes. Pidiendo el ingreso en
el movimiento socioliberal de Macron, ahora llamado: La republica en marcha.
Aunque ¡En Marcha! se niega a aceptarlo porque no cumple sus criterios.
Que pena me da. ¿François Hollande se irá también? Por lo
menos estando en la derecha ya no engañarán a nadie. Tal como vemos, los
socioliberales se integran en la derecha
sin complejos. Aquí, ¿Harán lo mismo? Muchos sí.
Un candidato socialista ha de estar con los trabajadores y
las clases media y baja de cada país. Sí no es así, los monos bailan.
La presidencia de Macron será una nueva vuelta de tuerca a
favor del neoliberalismo y de anulación de la socialdemocracia. Un claro paso
atrás... en la descaminada trayectoria
de la izquierda europea.
12.05.2017
Fernando Bolea Rubio
Sindicalista